El Laberinto de la Soledad es un ensayo del mexicano Octavio Paz, quien expresa sus preocupaciones acerca de los mexicanos, su psicología y su moralidad, a través de El Laberinto de la Soledad él busca acerca de cuáles son los orígenes y las causas del comportamiento del mexicano, de manera individual y colectiva. A continuación, conocerás un poco más acerca de esta maravillosa obra y acerca del autor, no dejes de leer el siguiente resumen.
Acerca de El Laberinto de la Soledad
Octavio Paz publicó por primera vez El Laberinto de la Soledad en el año 1950, siendo este el primero de sus libros de ensayos, a partir del año 1959 modificó continuamente el mismo, antes de publicar la segunda edición. En esta obra, el autor, Octavio Paz, analiza la psicología y las actitudes de la sociedad mexicana en general, niños, adolescentes, adultos y adultos mayores, mediante la historia, es decir, cómo han evolucionado al pasar del tiempo, sin embargo, se enfoca mayormente en la época de la conquista y la colonia, la reforma, la revolución y de la época contemporánea.
Él afirma que el mexicano luego de la conquista se siente huérfano, por lo que decide volver a su naturaleza, es decir, él desea llenar el vacío que ha generado la destrucción de sus dioses, creencias, templos, de su ser, de lo que lo identificaba como mexicano, y a pesar de que los españoles trajeron a sus dioses, ellos no adoptan sus creencias.
Según el narrador y ensayista mexicano Enrique Serna, el análisis que realiza Octavio Paz en su ensayo que trata acerca de los mexicanos, es duro y algunas veces es un poco cruel, sin embargo, el mismo no es pesimista puesto que, está acompañado de un llamado a la acción, Enrique Serna dijo que “La historia tiene la realidad atroz de una pesadilla; la grandeza del hombre consiste en hacer obras hermosas y durables con la sustancia real de esa pesadilla. O dicho de otro modo: transfigurar la pesadilla en visión, liberarnos, así sea por un instante, de la realidad disforme por medio de la creación.”
Igualmente, Enrique Serna, afirmó que leer El Laberinto de la Soledad, sirve para poder nutrir, contribuir y fomentar la apatía de la comunidad, sea cual sea, debido a que Octavio Paz muestra dos de sus actitudes, a la del chingón y la del agachado, como coloquialmente se dice en México, debido a que la primera actitud se termina cuando los agachados dejen de mostrar algún signo de admiración por ellos, sin embargo, mientras ambos existan, llevarán al país a una destrucción total, en cual a las normas sociales.
Estructura de El laberinto de la Soledad
La primera edición de El Laberinto de la Soledad está conformada por ocho capítulos, siendo el último un apéndice, fue en su segunda edición cuando el apéndice, Nuestros Días, fue incorporado como un octavo capítulo.
En la actualidad, el ensayo está conformado de una manera tal, que todos los capítulos confluyen en un nuevo apéndice que lleva por nombre La Dialéctica de la Soledad, una suerte de síntesis de las ideas bosquejadas a lo largo de todo el ensayo. Los nombres de los capítulos son:
- El pachuco y otros extremos
- Máscaras mexicanas
- Todos los santos, día de muertos
- Los hijos de la Malinche
- Conquista y colonia
- De la independencia a la revolución
- La inteligencia mexicana
- Nuestros días
- Apéndice: La dialéctica de la soledad
Debido a que el libro inquietó a Octavio Paz y a los lectores de El Laberinto de la Soledad, el autor mexicano decidió añadir otras secciones a las ediciones siguientes. Para el año 1969, Octavio Paz añadió un apartado que lleva por nombre Posdata, dicho apartado fue inspirado gracias a una conferencia presentada el 30 de octubre, dicho apartado está conformado por:
- Olimpiada y Tlatelolco
- El desarrollo y otros espejismos
- Crítica de la pirámide
Seguido de esa acción, se le añadió una entrevista que el universitario francés, Claude Fell, le realizó a Octavio Paz, la cual fue publicada en la edición número 50 de la revista Plural en el año 1975, y llevaba por título Vuelta a El Laberinto de la Soledad.
Resumen de El Laberinto de la Soledad
A través de este ensayo, Octavio Paz, plasmó su reflexión acerca de la identidad y la nación de México durante mediados del siglo XX, cuando México estaba enfrentando las desilusiones de la revolución del año 1910. Durante ese momento, igualmente el mundo se estaba enfrentando a una radical transformación capitalista, la expansión de la ideología socialista y las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, la cual concluyó en el año 1945.
Octavio Paz, optó por escribir ensayos debido a la flexibilidad y la ligereza que el mismo tiene, puesto que él buscaba cavilar acerca del tema, sin demostrar pretensión acerca de dictar una cátedra ni revelar las leyes universales, el ensayo permitió que él pudiera compartir una reflexión para que el lector pudiera fluir en su propia conciencia. El autor quería que los lectores supieran que la identidad es un problema que se debe resolver, puesto que en México, el mismo es el laberinto de la soledad.
En los primeros cuatro capítulos de El Laberinto de la Soledad, el autor, Octavio Paz, analiza y plasma los movimientos migratorios, los símbolos, los modales y los rituales de la cultura, todos ellos a través de una vértice de un proceso transformatorio. El tema principal es acerca de la convicción de que el mexicano o la mexicana se funda en la soledad no como un ser que existe, sino como un objeto que es imaginario colectivo, no como una imagen de la historia.
Octavio Paz, en su ensayo El Laberinto de la Soledad, definió al mexicano como alguien que recorre el camino de manera inversa, primeramente observó la identidad de la comunidad mexicana afuera de las fronteras, posteriormente, observó el comportamiento en el corazón de México, para así, poder analizar las máscaras sociales que derivan en el ninguneo como una práctica de la comunidad.
Luego de haber analizado, él recorre los símbolos de las fiestas y del culto a la muerte, algo que es normal en México, igualmente, reflexionará acera de las perspectivas del patriarcalismo, el cual deriva de la humillación y de la violación simbólica de la madre.
Desde los capítulos cuatro hasta el ocho, el autor, Octavio Paz, repasa acerca de la historia como un tejido que es elaborado a pulso, un tejido que será el que arropará a la cultura descrita, la conquista y la colonia, la independencia y la revolución, la inteligencia mexicana y los días contemporáneos de Paz durante su vida, los cuales le darán la forma discursiva a la soledad hecha cuerpo en el imaginario colectivo.
El siglo XX en Hispanoamérica, deja que las personas se planteen una breve pregunta, ¿existe o en qué consiste la identidad de los hispanoamericanos?, una pregunta que también la plasma Octavio Paz en su ensayo, en donde igualmente, se interroga acerca de la comunidad mexicana, ¿qué cosa hace diferente a los mexicanos en todo el mundo?
En el libro El Laberinto de la Soledad, escrito bajo la modalidad de ensayo, el autor logra demostrar su planteamientos, los cuales ha ayudado a que el mismo se vuelva un texto referencial para toda América Latina, debido a eso, en este artículo te vamos a ofrecer un pequeño resumen por capítulo de El Laberinto de la Soledad, a continuación un breve análisis de los mismos:
Análisis de El Laberinto de la Soledad
A continuación, podrás leer en detalle un pequeño análisis que se le fue realizado a cada uno de los capítulos de El Laberinto de la Soledad, del autor, Octavio Paz. No te lo pierdas.
El pachuco y los extremos (Capítulo 1)
Octavio Paz, en este capítulo, sitúa y analiza los primeros signos de la identidad mexicana en las afueras de las fronteras de México, en Los Ángeles. Para la década de 1950, en Los Ángeles, había un grupo cultural que llevaba por nombre Los Pachucos, los mismos eran un grupo de jóvenes, mayormente mexicanos, que tenían deseos de manifiesto de ser distintos, tanto en su origen como a la cultura de acogida. El autor, Octavio Paz, expresa que el Pachuco pretendía infundir miedo en busca de la humillación propia, lo que ellos verdaderamente querían eran no ser.
Por lo tanto, El Pachucho, resultaba ser la persona ideal para que acompañara el ensayo, puesto que la soledad mexicana nace del sentimiento de haber sido arrancado de sus orígenes, bien lo explica Octavio Paz. Debido a eso, la tesis fundamental es la historia de México en cuanto a su búsqueda de la filiación, de los vínculos y de sus orígenes, puesto que la pérdida de identidad y costumbres hacen que se muestre la soledad de su esencia.
Como se mencionó anteriormente, Octavio Paz se plantea una interrogante, ¿qué hace a los mexicanos diferentes?, ¿qué los diferencia de las personas de los Estados Unidos (EE.UU.)?. El país vecino del norte que para el autor es el futuro de los mexicanos, él luchaba por sus ideas de que había un perfeccionamiento del sistema más no de la invención. Para Octavio Paz, los mexicanos se enfocan en el horror de su cultura, puesto que ellos le rinden un culto a la muerte, son personas creyentes más no crédulas, ellos no son optimistas sin embargo, creen en los mitos y leyendas que rodean su comunidad, igualmente, viven y contemplan la tristeza como si fuese su identidad.
Máscaras mexicanas (Capítulo 2)
En este capítulo, Octavio Paz, presenta una reflexiona acerca de las actitudes de auto defensa, de la resignación y de las ironías de México, cómo funcionan las mismas como máscaras para tapar la realidad, bien dice el autor que los mexicanos son personas cerradas. En su cultura, abrirse y mostrarse es algo que demuestra debilidad y algunas veces hasta traición, el autor, afirmas que algunos de sus vocablos demuestran que ellos piensan eso, como por ejemplo “no te rajes”.
Rajarse, es decir, abrirse, es demostrar que llevas dentro de ti verdaderamente, los sentimientos y creencias, puesto que puedes ser vulnerable a la penetración, a la invasión, al ultraje o a la violación. Debido a ello, Octavio Paz, hace una pequeña comparación con el carácter cerrado de los mexicanos con el machismo que reina, puesto que en la comunidad mexicana la mujer es vista como una imagen de la raja que nunca se cierra, ellas son lo abierto de la naturaleza.
La máscara con la que los mexicanos se tapan es el pudor, con ella, ellos protegen sus intimidad, el hombre demuestra reserva más de la mujer se espera que sea recatada, el cuerpo demuestra el verdadero ser. El autor indica que el homosexualismo y el machismo no guardan relación en México, ejércelo es simplemente “rajarse”, abrirse. En México, todo se vale de las máscaras, la simulación, la disimulación propia y la disimulación de los demás, el ninguneo y el silencio, son mecanismos de defensa que ellos utilizan, más no de ofensa.
En este capítulo, Octavio Paz, presenta la mentalidad tan cerrada que tienen los mexicanos, sin embargo, le tienen amor a la misma, de allí, vienen sus rituales, y la consolidación del barroco, tanto en la literatura como en lo manual o plástico, debido a los modelos estéticos.
Todos los santos, día de muertos (Capítulo 3)
A la comunidad de México le fascinan las fiestas públicas, puesto que las mismas sirven como canal para que se purifiquen a través de los caos y de los momentos excepcionales en los que las personas puedan abrirse. Las festividades hacen que ellos se expresen y así, puedan romper con las ataduras cotidianas que ellos tienen, las fiestas dan paso a que por un día, ellos puedan exhibirse como realmente son, y no como la cultura, normas y costumbres les permiten demostrarse, por ejemplo, bien son las fiestas que se hacen por el día de los muertos o las fiestas del grito.
La cultura en México en cuanto a las fiestas, son simplemente un culto a la muerte, bien lo expresa Octavio Paz, puesto que la misma es un símbolo de venganza en contra de la vida misma, igualmente, las representaciones populares de la muerte se abordan por el autor como los símbolos de la nimiedad de la vida humana.
Los hijos de la Malinche (Capítulo 4)
La Malinche, se muestra en todo el medio del ensayo, y actúa como intérprete entre ambas lenguas. El Capitalismo y la relación que el mismo tiene con México es una de las cosas que más preocupa a Octavio Paz, puesto que, el mismo es la representación bárbara de cualquier tipo de saqueo que se le hace a las personas y que se reduce a mera fuerza de trabajo. El autor afirma que el capitalismo es algo que interviene en la sociedad y que transforma su orden natural, los símbolos de utilidad y los símbolos de utilidades.
Octavio Paz afirma que el campesino es una representación del misterio y de traición, por su parte, el obrero se encuentra disuelto en lo genérico de la clase, más no es el dueño de sus herramientas de trabajo, ni del resultado que tiene a partir de sus obras y menos de sus ganancias, sino que él realiza su trabajo en la cadena de producción, un trabajo que se ve deshumanizado, el capitalismo hace que la sociedad sea eficaz pero que pierda su rumbo.
El mexicano se mantiene firmemente luchando con sus entidades del pasado, cuyas fuentes están en la conquista, y es aquí cuando Octavio Paz deja una frase que muchos mexicanos utilizan, “Viva México, hijos de la chingada”, haciendo énfasis en que la misma es utilizada en contra de las demás personas, los extranjeros o los considerados, malos mexicanos, siendo la palabra chingas una connotación violenta, a pesar de que adquiere muchos significados en muchas partes de América Latina.
Octavio Paz, indita que la chingada es la madre abierta, violada y burlada por la fuerza, esa es doña Malinche, una amante de Cortés, quien tiene hijos producto de la violación, si Malinche se ha vendido, entonces ha traicionado a su gente, el mexicano no la perdona por perder su vínculo.
Octavio Paz, dice que esa frase no es más que una sarcástica humillación de la madre y reafirma una indudable violencia que tiene el padre, es un grito que ejerce la revolución en la que niega e impone al hombre en la cúspide.
Conquista y colonia (Capítulo 5)
Los aztecas, al ver la conquista y la colonización, sienten que los dioses en los que ellos creen los abandonaron, los dejaron a la deriva. España, en esa época, no es medieval ni cerrada, sino que está abierta a cualquier tipo de universalidad por influencia del renacimiento, por otra parte, la iglesia católica, de pretensión universal, le ofrece a los indígenas una filiación, un refugio y una última instancia, por eso, aquella religión cumplió con ser una cohesionador en la sociedad.
Igualmente, Sor Juana Inés de la Cruz, es uno de los mayores ejemplos en México, debido a que ella es una hija de la orden colonial que se impuso en México, ella vive el doble de la soledad, es decir, la de la mujer y la de la intelectualidad, Sor Juana Inés de la Cruz, acata el rol que se le ha impuesto.
De la independencia a la revolución (Capítulo 6)
La decadencia del orden colonial trae consigo una imagen de América Latina como un futuro por realizar y no como una tradición a continuar, sin embargo, el autor, Octavio Paz, indica que los líderes de la independencia penetran con su ideología utilizando una falsa fachada, por la que ellos quieren imponer un nuevo orden, es por eso que la independencia de México es una guerra de clases y no de metrópolis. La confución que tiene la comunidad mexicana remota a los años en los que los estados Unidos (EE.UU.), se aprovecha de la situación y decide hurtar parte de su territorio, lo cual hace que muera el caudillismo militar y además, se vea quebrantaba la moral de México
El porfirismo posterior se hereda gracias al feudalismo colonial que le impone la minoría, lo cual hace que aparezca la simulación en México.
La revolución en México es una de las primeras y verdaderas revelaciones debido a que, su proceso se ve autenticado y viene desde mucho antes de las revoluciones socialistas de aquel siglo. A pesar de ello, Octavio Paz, encuentra los límites al llegar al gobierno, y debido a eso hay una condición orgánica que se encuentra atrapada y adopta finalmente el liberalismo, asimila el discurso que les da el socialismo y, además sufre las consecuencias del imperio, lo cual permite que nazca una autenticidad que se transforma en un disfraz, una simulación y un disimulo, la revolución quiere que se retomen los orígenes.
La inteligencia mexicana (Capítulo 7)
Octavio Paz, en el Laberinto de la Soledad, específicamente este capítulo demuestra el surgimiento y la evolución de una nueva generación de intelectuales la cual acompañó al proceso de la revolución en México, la misma se vio transformada sin ningún tipo de contradicción, esta hizo que surgiera la clase artísticas e intelectuales las cuales estuvieron al mando de la revolución, las mismas se formaron en áreas desconocidas y, cuando se vieron identificadas con el gobierno, perdieron el espíritu crítico de su oficio.
Octavio Paz apoya la política en cuando a la educación que lleva a cabo José Vasconcelos, secretario de la educación, debido a que el ayudó a impulsar reformas importantes e igualmente brindó espacios en los que impulsó el arte popular y nacional, un ejemplo es el muralismo mexicano. El autor indica que la pretensión de una educación socialista, progresista y anti dogmática es una contradicción al programa liberal que tiene el gobierno, e igualmente nombra a intelectuales que dejaron su huella en la Ciudad de México, como José Gaos y Alfonso Reyes, entre muchos otros.
Nuestros días (Capítulo 8)
Este último capítulo, refleja la reflexión que el autor, Octavio Paz, realiza, en la que afirma que la revolución creó a la nación, la formó dándole cuerpo, nombre e identidad y que, a pesar de ello, no es capaz de hacer un orden que sea vital con el que pudieran encontrar las respuestas que la comunidad de México busca en lo largo de su historia, haciendo énfasis en los momentos en que se empezaron a mostrar las consecuencias de la especificad mexicana.
El análisis en el tiempo de la historia que el autor realizó, lo lleva a evidenciar y alcanzar los modelos que tenían cada orden político, económico y social, los cuales dominaron al mundo occidental de aquel siglo, y que igualmente, ha afectado a los proyectos del país, que han sido el capitalismo y el socialismo, ambas caras de la moneda, cada uno muy diferente del otro, los cuales utilizaron un discurso o praxis que han sido insuficientes para generar una respuesta a las necesidades que tienen los mexicanos y que igualmente, muestras las realidades de las demás naciones vecinas o no vecinas de Latinoamérica, Asía y África.
Puede ser que se evidencie en El Laberinto de la Soledad de Octavio Paz que, se demuestra un pequeño empuje a la esperanza, una promesa y del futuro que hacen que se reclame una invención. Revisar la historia, los símbolos, el lenguaje y los rituales de México, descritos por el autor, permiten que el lector encuentre los derroteros los cuales lo conducen a una liberación del hombre y su propósito con la historia humana.
Frases de El Laberinto de la Soledad
- El culto a la vida es también culto a la muerte.
- Una civilización que niega a la muerte, acaba por negar a la vida.
- América no es tanto una tradición que continuar como un futuro que realizar.
- La indiferencia del mexicano ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida.
- Si las revoluciones no se hacen con palabras, las ideas no se implantan con decretos.
- ¿Y no es extraordinario que, desaparecidas las causas, persistan los efectos? ¿Y que los efectos oculten a las causas?
- Las épocas viejas nunca desaparecen completamente y todas las heridas, aun las más antiguas, manan sangre todavía.
- El hermetismo es un recurso de nuestro recelo y desconfianza. Muestra que instintivamente consideramos peligroso al medio que nos rodea.
- La resignación es una de nuestras virtudes populares. Más que el brillo de la victoria nos conmueve la entereza ante la adversidad.
- Reducir la poesía a sus significados históricos sería tanto como reducir las palabras del poeta a sus connotaciones lógicas o gramaticales.
- Ser uno mismo es, siempre, llegar a ser ese otro que somos y que llevamos escondido en nuestro interior, más que nada como promesa o posibilidad de ser.
- Religión y Tradición se nos han ofrecido siempre como formas muertas, inservibles, que mutilan o asfixian nuestra singularidad. No es sorprendente, en estas circunstancias, la persistencia del fondo precortesiano.
- En lugar de interrogarnos a nosotros mismos, ¿No sería mejor crear, obrar sobre una realidad que no se entrega al que la contempla, sino al que es capaz de sumergirse en ella?
- Pues apenas el tiempo se divide en ayer, hoy y mañana, en horas, minutos y segundos, el hombre cesa de ser uno con el tiempo, cesa de coincidir con el fluir de la realidad.
- La soledad del mexicano, bajo la gran noche de piedra de la altiplanicie, poblada todavía de dioses insaciables, es diversa a la del norteamericano, extraviado en un mundo abstracto de máquinas, conciudadanos y preceptos morales.
- La poesía se escapa de historia y lenguaje aunque ambos sean su necesario alimento. Lo mismo puede decirse, con las naturales salvedades, de la pintura, la música, la novela, el teatro y el resto de las artes.
- El «macho» es un ser hermético, encerrado en sí mismo, capaz de guardarse y guardar lo que se le confía. La hombría se mide por la invulnerabilidad ante las armas enemigas o ante los impactos del mundo exterior.
- Nuestra cólera no se nutre nada más del temor de ser utilizados por nuestros confidentes -temor general a todos los hombres- sino de la vergüenza de haber renunciado a nuestra soledad. El que se confía, se enajena.
- Sentirse solo no es sentirse inferior, sino distinto. El sentimiento de soledad, por otra parte, no es una ilusión -como a veces lo es el de inferioridad- sino la expresión de un hecho real: somos, de verdad, distintos. Y, de verdad, estamos solos.
- Hay que ser fieles, porque hay mucho que defender. El hombre colabora activamente a la defensa del orden universal, sin cesar amenazado por lo informe. Y cuando éste se derrumba debe crear uno nuevo, esta vez suyo. Pero el exilio, la expiación y la penitencia deben preceder a la reconciliación del hombre con el universo.
Breve biografía de Octavio Paz
Octavio Paz Lozano nació en la Ciudad de México en el año 1914, fue un reconocido poeta, ensayista y diplomático. Hijo de Josefina Lozano y Octavio Paz Solórzano, este último fue un luchador activo de la revolución de México, la cual se inició en el año 1910. Por otra parte, su abuelo, Ireneo Paz, fue un intelectual y novelista.
Durante su juventud, Octavio Paz, leía muchos de libros en su biblioteca, los cuales ayudaron a fomentar su fascinación por la lectura y la poesía. Estudió en la Escuela Nacional Preparatoria en San Ildefonso, y, luego cursó sus estudios universitarios en la Facultad de Derecho y Filosofía de la Universidad Autónoma de México (UAM).
Los primeros poemas que él escribió, tenían una gran influencia del pensamiento marxista, sin embargo, al pasar el tiempo los fue transformando del marxismo a las influencias que tenían las ideas surrealistas y se enfocó también en otros movimientos literarios. Para el año 1944 recibió la beca Guggenheim, por lo que tuvo que ir a vivir a los Estados Unidos de América (EE.UU.), por un año, luego de eso, inició su carrera en el Servicio Exterior de México (SEM), mientras que laboraba allí, poco a poco se daba a conocer más como escritor, poeta y ensayista, hasta llegó a convertirse en uno de los autores con más lectores del mundo hispanohablante.
El autor, Octavio Paz, ganó el premio Cervantes en el año de 1981, y para el año 1990 ganó el premio Nobel. Murió en Coyoacán, México, en 19 de abril del año 1998.
Obras más importantes de Octavio Paz
Poesía
- 1933.- Luna silvestre
- 1936.- ¡No pasarán!
- 1937.- Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España
- 1949.- Libertad bajo palabra
- 1954.- Semillas para un himno
- 1999.- Figuras y figuraciones
Ensayo
- 1950.- El laberinto de la soledad
- 1956.- El arco y la lira
- 1957.- Las peras del olmo
- 1965.- Los signos en rotación y otros ensayos
- 1966.- Remedios Varo
- 1973.- El signo y el garabato
- 1982.- Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe
- 1989.- Poesía, mito, revolución
- 1990.- La otra voz. Poesía y fin de siglo
- 1993.- La llama doble: amor y erotismo
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