La primera historia del novelista peruano José María Aguedas fue Yawar Fiesta (Fiesta de sangre), que fue publicada en 1941. Nos cuenta la realización de un espectáculo de toros a la tradición andina (turupukllaya= durante la celebración yawar punchay. Te invitamos a leer Yawar Fiesta Resumen, para que conozca una asombrosa historia de nuestra Latinoamérica.
Yawar Fiesta
Presentación de la Obra Esta obra pertenece a la corriente del indigenismo, que ha sido una tendencia cultural, antropológica que se ha concentrada en el estudio y valoración de las culturas de los pueblos originarios, y con el permanente cuestionamiento de las formas de segregación y etnocentrismo, el cual implica aquella creencia que existe un grupo étnico mejor y que ese es el más importante, en perjuicio de los pueblos originarios.
Se encuentra ambientada en la población de Puquio, es una población ubicada en la sierra sur del Perú.
La opinión de los críticos, acerca de Yawar Fiesta, señalan que es la mejor de las obras de su autor José María Arguedas Altamirano . Su escritor nos ofrece una forma de apreciar el esfuerzo de una de las versiones más auténtica y cercana a la vida en la cordillera andina, alejado de los convencionalismos y al paternalismo de la literatura indigenista anterior y de denuncia.
Autor
José María Arguedas Altamirano era de origen peruano, naciò en es la ciudad capital Andahuaylas que se encuentra en el distrito del departamento de Apurímac, el 18 de enero de 1911 y falleció en Lima, 2 de diciembre de 1969, además de escritor, también fue poeta, traductor de lenguas indígenas, catedrático, antropólogo y etnólogo peruano. Escribió muchas novelas y distintos cuentos que lo llevaron a ser respetado como uno de los magnos representantes de la literatura peruana.
José María Arguedas fue una figura sobresaliente en toda la corriente indigenista. Coincidiendo con otros estudiosos en el trabajo de enfrentar «desde adentro» al indígena de los Andes, y en el intención de plasmar lo que él llamó «todas las sangres» de la situación peruana.
Así de un modo más decisivo y complicado, en gran medida más atada al dialecto quechua y a la herencia prehispánica, desde el comienzo Arguedas expresó la visión de lo real-maravilloso logrando una fuerza estética y haciendo una caracterización con el reflejo popular sin comparación -sólo comparable con Juan Rulfo, el mexicano) dentro de lo que es el realismo asombroso hispanoamericano.
De una forma decidido y a la vez compleja, por descender de esa sierra del centro y del sur, que se encontraba aún más cercana al idioma quechua y por otra parte la herencia prehispánica de la sierra del norte, que era la de sus amigos y colegas Ciro Alegría y Cecar Vallejo desde sus comienzo Arguedas, comunicó su visión de lo real-maravilloso, para lograr una gran intensidad estética y una total individualización con el reflejo popular sin comparación, dentro del realismo- mágico hispanoamericano.
Al revisar sus obras de 1935-1941, en específico el hermoso cuento «Warma Kuyay» (de Agua) y la potente novela Yawar Fiesta – que nos ocupa en este resumen-, dan muestra de ese sentir entre los dos mundos de Arguedas: de tez blanca por nacimiento, sin embargo era de familia de hacendados, pero indígena de puro corazón.
Era Bilingüe, dominó el quechua y así nutrió su apreciada infancia con todo lo concerniente a la cultura andina -cantos, danzas, relatos y creencias-, más que con lo que le aportó lo occidental, de lo cual se formó y conoció sólidamente en su juventud así como en la plenitud de su madurez, transculturándola únicamente, se puede afirmar que: «quechuizó» nuestro idioma español y alteró la obra novelística de la burguesía moderna de la época con elementos de la cultura de la tradición oral, ay que incluyó cantos en los momentos centrales y la corriente mítico tales como ; zorros míticos, amarus, danzantes de tijeras, entre otros.
En la literatura de su país introdujo esa visión entrañable muy rica e incisiva del cosmos indígena. En sus obras se plantea una visión fundamental que es la de un país que se divididió en dos grandes culturas; la andina de origen quechua y la occidental, traída por los españoles, que deben convivir. Entre los grandes desafíos, están representadas las apesadumbras y esperanzas que su propósito traza en su visión.
Elaboración
Yawar Fiesta o Fiesta de sangre fue la primera historia del gran literato de origen peruano José María Arguedas, se publicó en 1941 y toca a la corriente del indigenismo. Se encuentra adaptada en la población de Puquio -Sierra sur del Perú-, la misma nos narra la realización de una lidia de toros al clásico estilo andino –turupukllay- en el marco de una celebración denominada yawar punchay.
Opinaron los críticos de la época y en la actualidad, que es la mejor alcanzada de las novelas de Arguedas, desde el punto de vista dela formalidad. Se aprecia el esfuerzo del autor por ofrecer una versión lo más auténtica posible de la vida andina sin recurrir a los convencionalismos y al paternalismo de la anterior literatura indigenista de denuncia.
La temática acerca de una corrida de toros al estilo indígena de los andes, mostrándolo como el centro de un problema que ha enfrentado a grupos étnicos y sociales en una población de la sierra peruana, creció como idea en la imaginación de Arguedas, él autor ha confesado que presenció una corrida en Puquio, en fecha julio de 1935. Durante esta ocasión uno de los capeadores indígenas, denominado el Honrao, terminó despedazado por el toro.
A partir de ese evento en 1937; José María Arguedas editó dos relatos que son sus referencias para la novela: uno de ellos fue titulado “El despojo”, que se divulgó en la revista Palabra, nº 4, en abril –este luego se convirtió en el segundo capítulo de su famosa obra Yawar Fiesta, la otra fue titulada “Yawar (Fiesta)”, que la Revista Americana, año XIV, Nº 156, en Buenos Aires la publicó –y es una primera trascripción de la que sería después la novela-.
Sin embargo su época de escritor se vio interrumpida por estar preso en El Sexto, durante 1937-38, en el segundo semestre de 1940, pudo llevarlo a la práctica luego que logro asistir en México al Congreso Indigenista de Patzcuaro.
Estando en Sicuani, donde trabajaba como docente en una escuela nacional. Y sacando provecho de sus vacaciones del año, José María escribió de forma corrida la novela. Un concurso internacional de novela hispanoamericana, fue un incentivo que una editorial de los Estados Unidos lo convocara.
El jurado que se conformó con un miembro de cada nación hispanoamericano debía votar por una novela que fuese representativa y que luego sería remitida a otro jurado de corte internacional que era sufragado por dicha editorial.
Augusto Tamayo Vargas, Estuardo Núñez, Luis E. Valcárcel, conformaron entre otros, el jurado nacional del Perú. Arguedas les iba enviando a Lima, a medida que avanzaba sus capítulos de su novela a su compañero y poeta Manuel Moreno Jimeno.
El correo entre ambos documenta fielmente al por menor la tarea de Arguedas. Pero para él fue una decepción que no se eligiera su novela como representante del Perú en el evento internacional, fue eliminado por la obra de un incógnito de nombre José Ferrando, nombrada Panorama hacia el alba.
Otro aspecto importante fue que la ganadora de esta convocatoria internacional fue la gran novela indigenista de Ciro Alegría, El mundo es ancho y ajeno, El mundo es ancho y ajeno es una novela del también novelista peruano Ciro Alegría, publicada en 1941, considerada como una de las obras más características de la literatura indigenista o regionalista, y esta obra maestra representó a Chile, donde el escritor se hallaba expatriado.
Argumento literario
Esta novela nos muestra un argumento de las costumbres más cotidianas de las entidades indígenas del Perú: la “corrida india”, se celebra cada año el 28 de julio, que es el aniversario de la constitución de Perú cómo República.
Esta «corrida india» es un gran evento donde un toro se enfrenta, en un pampón – que es un terrenal rústico y amplio, sin cercar-., entre cien o doscientos indígenas como si fueran toreros o espontáneos capeadores.
En esta actividad intervienen otros elementos, tales como; la melodía de los wakawak`ras, que son unas trompetas de cachos de toro, canciones populares que se llaman (huaynos), el uso de licor, también usan dinamita para asesinar al toro, e incluso mueren siempre muchos indígenas, despachurrados por el toro de lidia.
Esta extraña tradición comienza a verse amenazada por una disposición de la capital, que la impide pues la cree una práctica producto de la “bárbarie”. Los indígenas se niegan a acatar la orden y las jurisdicciones investigarán la manera de consentir las corridas para “decentemente”: Para ello conciertan contratar a un torero experto que lidiará a la forma “española”.
Así quitan el atributo mismo de la conmemoración, sin embargo esta posteriormente se realiza, logrando imponerse los indígenas la usanza ante los ojos de los importantes de la población. Algo que deja de lado el autor y no se menciona es el cóndor atado al lomo del toro, y que actualmente es la diferencia más reconocida del yawar fiesta.
Temas
La realización de una corrida de toros a la forma tradicional andino, es el tema principal de esta novela. Los subdramas que se muestran son: el abuso y la violencia de los hacendado advenedizos en contra de los indígenas, la invasión por parte de los blancos o mistis a la zona de Puquio, el éxodo de miles y miles de indígenas hacia la ciudad de Lima y la cimentación del camino de Puquio a Nazca.
Escenarios
https://www.youtube.com/watch?v=LQ67QJsePlg
En la ciudad de Puquio que proviene del quechua: pukyu, -cuyo significado es «manantial»-, es la capital del jurisdicción de Lucanas, en el Departamento de Ayacucho y se encuentra en la sierra sur del Perú, está ambientada esta novela. Su población se encuentra conformado por cuatro ayllus –que era una forma de organización social de la tradición andina indios-: Pichk’achuri, K’ayau, K’ollana y Chaupi.
Estos ayllus tienen cada uno su propio barrio y plaza. Los mistis o personajes más importantes del pueblo que eran los blancos y mestizos de la época, ellos vivían en el jirón Bolívar, en uno de estos extremos se ensancha la plaza más importante o de armas, alrededor de la cual se elevan los edificios públicos principales: el Juzgado de primera instancia, la Subprefectura , la Municipalidad, la Escuela Fiscal de Varones y el puesto de Guardia Civil.
Otros contextos son:
Las áreas altas que se encuentran cerca a Puquio, donde estaban los punarunas -hombres de la puna- y el famoso toro Misitu.
La capital de Lima, hacia donde habían partido en miles de la Provincia de Lucanas, dentro de los cuales los puquianos conformaron la emigración más nutrida y potente.
Época
Esta obra está ambientada cronológicamente en el lapso de 1920 a 1930, el hilo conductor del relato hace con frecuencia regresiones a épocas pasadas o como alrededor de esos años, inclusivo a siglos anteriores, momentos cuando se estaba gestando el pueblo puquiano.
Narrador
Para el Premio Nobel de Literatura en el año 2010, Vargas Llosa, el personaje principal de esta obra es definitivamente el narrador, quien es forma tenue y versátil, hace una diferenciación entre el narrador tradicional -un ejemplo es el conocido; Ciro Alegría- que suele ser intruso, ególatra y que interfiere con frecuencia en las historias.
Tenue, ya que sabe cómo esconderse y fingir invisibilidad, también versátil, ya que tiene la destreza de desplazarse para mostrar a cabalidad el complejo mundo que quiere recrear, dividiendo en diversos grupos étnicos y culturas que se enfrentan entre sí. Opina Vargas Llosa: …”el modo de narrar de Arguedas lo acerca más a los modernos narradores, siendo este uno de sus mayores logros literarios”.
Contexto literario
Yawar Fiesta ha sido una de las novelas más representativas de lo que se ha llamado movimiento literario indigenista, es una de las obras donde su autor ha utilizado una gran y detallada fusión resaltada del idioma castellano y el quechua o quichua, que se denomina la familia de dialectos originarios de la Cordillera de los Andes Centrales en Latinoamérica- que se ensancha hacia la zona occidental en América del Sur, que abarca través de siete países, tratando de describir de una forma más documenta viable la situación de las poblaciones andinas del Perú, en exclusivo los poblados de la sierra sur y centro.
José María Arguedas autor de esta obra, a pesar de reconocer la importancia de quienes anteriormente representaban el indigenismo tales como; Ventura García Calderón, Enrique López Albújar, diferenciando de ellos, pues afirma que se debe mostrar más verdaderamente la situación del indígena, ya que al haber él crecido y vivido en el entorno de ese inspirador contexto andino. Es de Andahuaylas que es la capital distrital y de la provincia homónimos, que se encuentra localizada en el departamento de Apurímac.
Contexto social
El siglo XX, enmarcada durante su primera mitad, donde se describe la realidad de esta época en que la lejana Sierra de Perú, que se encontraba hundida en un permanente provocación entre los latifundistas mestizos o blancos que eran los patrones y los siervos indios que eran los campesinos.
Quiénes eran los opresores, se encontraban apoyados por el gobierno central, y por ello intentaban el imponer sus costumbres de origen occidental sobre los poblados indígenas del Perú; por otra parte, los indígenas luchaban por cuidar y mantener sus tradiciones, en la mayoría de los casos ya mestizadas.
Fue también durante esta época donde Lima comienza a llenarse de inmigrantes andinos, los que se constituyen en agrupaciones o ejes provinciales para apoyarse y ayudarse entre ellos mutuamente, frente al innumerable abuso, humillación y las discriminaciones que sufren.
Contexto ideológico
El socialismo y el capitalismo fueron las corrientes ideológicas más definidas de la segunda mitad del siglo XX, esta novela surge en el medio de una gran polémica nacional entre una posición que estaba ligada a valorar la figura de José Carlos Mariátegui y a la pro defensa del indígena en contra los constantes abusos y su exclusión por parte de las autoridades.
Por una parte el capitalismo, se encontraba vinculado a la estructura económica que se encuentra basada en los capitales extranjeros que pretendía desconocer las antiguas tradiciones autóctonas. Arguedas decide ante esta tensión tan desigual junto a otras muchas personas, enfrentaban conflictos que tenían que ver con su identidad y deseaba que tomaran conciencia del momento de revalorizar el universo andino, su dialecto y sus derechos.
Debido a ello, todas las obras de este escritor comienzan a plasmar un mundo lleno de conflictos entre indígenas y lo que él denominó los “principales”. Otra de las prácticas que Arguedas quería contraponer era la visión estética diferente que mostraban los principales y que era basada en la apariencia que tiene el universo andino de su realidad y de las realidades que le son ajenas.
Resumen
Esta obra en sus primeros capítulos el autor nos muestra un trasfondo histórico de los vicisitudes dramáticos que van a proseguir.
Hubo un tiempo en que la hermosa ciudad de Puquio y todos sus lugares contiguos eran posesión de los Ayllus -comunidades indígenas-, estos pobladores son los mismos que un tiempo después llegaron a ser invadidos por los Mistis -gente blanca y mestiza-, ellos dominaron las tierras para cultivar y convertirlas en grandes pastizales de alimento de su ganado.
Entonces comienza la historia acerca de la corrida de toros andinos denominada Turupukllay o Yawar Fiesta -fiesta sangrienta-, que se celebrará en la región de Puquio. Sus habitantes tienen una gran expectativa por conocer quien lidiará con “Misitu”, el gran toro que se ha criado en la montaña, considerado por los habitantes como un dios y va a ser traído por los indígenas desde la puna que una región altiplánica, que está en una alta montaña, que es conforme al área central en la cordillera Andina hasta el coso.
Esta celebración para los nativos es una fiesta de toros con un ritual entre dos mundos; el criollo y el indígena, ya que ellos ven al toro como si fuesen los criollos; que están representados en los hacendados o españoles que cometían abusos; además que en tiempos anteriores, habían llegado al pueblo de Puquio y se habían adueñado de sus tierras, convirtiéndolas en pastizales y explotando a los aldeanos.
Y observan a su gente, los indígenas como los capeadores, a quienes les toca la gran tarea de entretener, someten y matar al toro.
Seguidamente se pasa a narrar en forma muy detallada y magistral los preparativos para el famoso Turupukllay o Corrida de Toros, dentro del marco de las conmemoraciones por la nuevo conmemoración patrimonial; se escuchan cánticos alegóricos, suenan los wakawak`ras, que son una fabulosas trompetas que están hechas de cuerno de toro y que se tocadas continuamente durante las celebraciones. Luego se representa con innumerables todos esos detalles.
Cuando el Subprefecto se entera que por ser Fiestas Patrias, se realizará la Yawar Fiesta, aparecen los problemas, porque este prohíbe por orden del gobierno central que la conmemoración sea a la manera “indigena”, es decir, con la participación de la población indígena que se convertían en toreros campechanos y espontáneos, usando la dinamita para asesinar al toro.
Es entonces cuando los llamados principales mistis, hacen la sugerencia de que la fiesta se haga de ahora en adelante con la intervención de un torero profesional y que se asuman las normas de la tauromaquia española. Y deciden prohibir el evento por parecerles sangriento y salvaje
Es entonces que el ambiente de preparativos para la fiesta sube de temperatura y los ánimos se exaltan.
El pueblo de Puquio está completamente en desacuerdo en que se cumpla la fiesta de la condición como ha decidido el gobierno central, por ello Los Puquianos lo retan públicamente y deciden conservar su posición. Y toman la acción de decirle a los Kayau a que pidan el Misitu al dueño de la hacienda Don Julián, ya que el toro estaba pastaba en sus tierras.
Al mismo tiempo el vendedor Don Pancho que está de acuerdo con la celebración, termina preso y lo matan por incitar a los indios a desobedecer.
Contrario a toda la tradición Don Demetrio y algunos puquianos que viven en Lima, pretenden un encierro de toro como la que se hecho en la Plaza de Acho de Lima, con un toreador experto. Y contratan para ello a un torero de origen español y lo envían a Puquio.
Con tantas prohibiciones, los indígenas se reúnen, y se empeñan en celebrar el Turupukllay en la plaza de Pichkachuri y desconocer precisamente la disposición del Subprefecto que el gobierno Central envió.
Finalmente llegó la fecha señalada para la gran fiesta taurina, y todo los pobladores puquiano logran imponer su tradición. El toreador de origen español es abucheado.
Los principales y Autoridades no les queda más remedio que autorizar a que se realice el Yawar Fiesta, por temor a la reacción de la multitud; entran los toreros puquianos y capeadores al campillo, y comienza a lidiar con el toro a la manera “indigena”. y cuando Misitú hiere al torero indio; el Vayarok, quien es el jefe o alcande de los Kayaus, con el apoyo de otros puquianos explotan al pobre animal, reventando éste en cientos de pedazos.
Con este evento, de no ceder los parroquianos puquianos, midieron fuerzas y demostraron a sus soberanos que no son débiles, sino valerosos y aguerridos.
La novela culmina con el gran victoria del pueblo indígena; toreros puquianos al irrumpir en la arenilla en lugar del atemorizado torero español.
Junto con “Los ríos profundos” que ya hablaba José María Arguedas en su anterior novela, Yawar Fiesta pasa a ser entonces la más sobresaliente novela del autor. Ofreciendo un panorama pujante de la complicada vida de la sociedad en el altiplano peruano, donde el elemento étnico se entrelaza con elementos culturales y socioeconómicos.
José María Arguedas, escritor peruano de nacimiento logra transferir en ella la comprensión de la cultura indígena, y en específico la cadencia de tipo orfeón, ya que en Yawar Fiesta se unen los sonidos de instrumentos indígenas ancestrales y que son inspiraciones de toda la aventura.
La novela culmina con el triunfo del pueblo indígena.
Personajes
Esta obra nos ofrece unos personajes muy pintorescos y se pueden dividir en tres magnos grupos:
- Los indígenas oriundos de Puquio y partidos en cuatro Ayllus: K’ayau, Pichk’achuri, Chaupi, K’ollana. Las dominaciones son los Varayoks, cuatro por Ayllu, dando un total de dieciséis. Cada grupo de estos cuatro conjuntos de Varayok’s vive dirigido por un Alcalde Varayok.
- Otros personajes de gran importancia son Los Mistis, que son los blancos y mestizos, son los vecinos importantes o primordiales del pueblo, y que hacen vida en el jirón Bolívar. Y han conformado desde hace mucho tiempo la clase dominante, tales como: los dueños de tierras, comerciantes, ilustrados y las jurisdicciones municipales. A ellos los acompañaban las autoridades que llegaron desde Lima como los representantes del régimen central: el Subprefecto, los jueces, quienes ordinariamente eran blancos y costeños.
- Los cholos o mestizos más necesitados y que servían a los Mistis.
Ahora pasemos a especificar a los personajes en la clasificación de primarios y secundarios.
Primarios:
Misitu, quién es el toro designado para la “corrida indígena”. Fue criado y vive en la puna, abrigado por el bosque de árboles queñuales de Negromayo, en K’oñani, en esa zona los indígenas temían entrar. Es muy probable que este hubiera huido de alguno de los criaderos más cercano, sin embargo los indios se imaginaban en su realismo mágico que había surgido de las aguas de una charca y por ello le atribuían caracteres sobrenaturales.
Los Varayok’s son las autoridades indígenas de Puquio y están distribuidos en cuatro para cada uno de los cuatro Ayllus, siendo un total de dieciséis. Encabeza cada ayllu un Alcalde Varayo’k.
Don Julián Arangüena, que era un Misti o vecino importante de Puquio, es un terrateniente dueño del territorio donde vive el toro Mísitu. Los indígenas lo detestan por su permanente violencia y abuso de poder. Aunque él no se opone a la “corrida india”, no siente ninguna simpatía para con los indios, a quienes piensa que son seres inferiores.
Don Pancho Jiménez, es otro Misti o vecino primordial de Puquio, que se dedica a la comercialización de licor y víveres. Contrariamente a Don Julián es unos de los primeros protectores de la “corrida india”. Debido a su constante obstáculo a las autoridades y por incitar a la muchedumbre del pueblo es llevado a la cárcel y tenido como un necesario para ser eliminado.
Subprefecto: Es de origen costeño y representa al gobierno central, no quiere y detesta las costumbres de los indígenas, por ello está dispuesto a cumplir con la prohibición de las corridas indias.
Secundarios:
Don Antenor, que es el alcalde y los concejales.
Juez que es el amigo del Alcalde.
Don Demetrio Cáceres, habitante importante de Puquio, quién está a favor de la disolución de la corrida indígena, siempre dejando entrever lo hace solo para halagar a los que detentan el poder.
Don Jesús Gutiérrez, es otro habitante importante de Puquio, para quien las tradiciones de los indios son unos actos de barbarie.
El Sargento, que había nacido en Arequipa y era representante con la responsabilidad de proteger y establecer la ley en la población.
Los capeadores o toreros indigenas: Wallpa, K’encho, “Honrao” Rojas, el Tobías.
El Vicario, quién representa a la Iglesia católica de Puquio. Él es quien dirige la construcción de la vía de Puquio hacia Nazca, él se encarga de tratar de convencer a los indígenas de aceptar la ejecución de una fiesta de corrida al estilo español.
El Layka o Chaman de Chipau, él se ofrece a apoyar a los pobladores k’ayaus, durante la persecución y captura del Misitu, decía que tenía el poder de hablar de parte de Auki K’arwarasu, que es deidad protectora de la montaña que tiene ese nombre y a ella los indígenas imploran su favores. Lamentablemente muere aplastado por el toro.
Ibarito Segundo es el torero de origen español, pero radicado en Perú desde hacía más de diez años. Lo contratan desde Lima por la yawar fiesta en la región de Lucanas. Con la finalidad de que se presencie una corrida y él toree “civilizadamente”, en una gran plaza que será construida para ese fin en la provincia de Puquio. Al finalizar, decide huir al afrontar al Misitu, ante las alharacas que gritaban el público, que no deseaba esa corrida española.
El Estudiante Escobar o Escorbacha, era un mestizo de Puquio que tenía su residencia en Lima y es quién preside el Centro Unión Lucanas, que es la Asociación de Hijos o Naturales de la Provincia de Lucanas, que son residentes en la capital del país. Esta hondamente influenciado su pensamiento Ideológico por el discurso indigenista y su corriente mariateguista.
El chofer Martínez, indígena nacido en Puquio y que vive en Lima, es también el Fiscal del Centro Unión Lucanas. Él aprendió a hablar castellano y en su regreso a Puquio, se arriesga a ofender con insultos al cacique Julián Arangüena y lo llama “ladrón”.
Guzmán, quién es denominado el “Obispo”, es otro habitante que nació en Lucanas y es residente en Lima. Él trabaja como empleado y es el miembro vocal del Centro Unión Lucanas. Es un destacado orador.
Estructura
Esta gran novela se encuentra dividida en once (11) capítulos, que se encuentran titulados y escritos con cifras romanas; es importante hacer notar que cada capítulo trata un tema aislado y a la vez presentan una secuencia entre ellos, es notable que en varios capítulos se refieren a historia que han sucedido en tiempo atrás, pero que son importante para el relato, al respecto con el relato central.
Por ejemplo en el capítulo II, en donde se narra cómo fue el despojo que ejecutaron los dominadores Mistis, y en cuanto al capítulo VII, es donde se cuenta todo el proceso de construcción del camino de Puquio a Nazca y el proceso migratorio de los pobladores lucaninos a Lima.
Resumen por capítulos
I.- PUEBLO INDIO.- Este capítulo que incia el libro el autor no describe a la población de Puquio, “pueblo indio” que se encuentra conformado por los denominados cuatro Ayllus o barriadas indígenas: Pichk’achuri, K’ayau, K’ollana y Chaupi. Cada uno de ellos, tenía una rivalidad existente para ver quién sobresalía más.
Al mismo tiempo también describe a los Mistis o principales que están conformados por la población que eran los blancos y mestizos, que durante décadas habían invadido el pueblo ya hace tiempo atrás y que constituyeron una barriada que mucho después fue reconocido como el jirón Bolívar.
II.- EL DESPOJO.- Este segundo título comienza a describir los innumerables abusos y permanente robos que realizaban los Mistis contra los Indígenas.
Siempre estaban arrebatándoles las tierras a través de enredos legales y terminaban convirtiendo los terrenos que eran tradicionalmente consagrados a cultivar la papa y el trigo, ellos los usaban como cebadero para alimentar al ganado, ya que les era más rentable y mejor la venta de carne.
De hecho realizaron la invasión de otras tierras altas o puna, y así obligaban a los indios de esa territorio a entregarles su ganadería y luego a trabajar como peones la tierra, que antes había sido de ellos.
III.- WAKAWAK’RAS, TROMPETAS DE LA TIERRA.- Cuando se acercar las fiestas patrias que se celebra el 28 de julio comienzan a dejar oírse por todo el pueblo el sonido irrepetible de los Wakawak’ras, que son unas trompetas indígenas que están hechas de los cuernos de toro y que comienzan a anunciar las corridas que se realizarán de toros al estilo indio, llamada Toropukllay.
Ya los aldeanos comentaban que para la ocasión el Ayllu de K’ayau, ya estaba o se había comprometido a que traería al toro Misitu, este animal que pastaba en el montaraz y que estaba viviendo en la puna, a este, hasta los actuales momentos nadie había logrado sacarlo de su lugar de pastar y estar.
IV.- K’AYAU.- Los pobladores del Ayllu K’ayau, se esforzaron y lograron convencer al terratenuente Don Julián Arangüena, para que les cediera al gran Misitu, que estaba pasteaba en las tierras altas de eran de su propiedad. Todos celebraron el acontecimiento y en el pueblo no se hablaba sino de las próximas corridas que prometían ser todo un acontecimiento. Hasta mistis como el negociante don Pancho Jiménez se alegran, más no el Subprefecto, quien consideraba las fiestas como algo bárbaro y pagano.
V.- EL CIRCULAR.- El Subprefecto anuncia a toda la población que ha llegado una circular que viene de Lima y es de parte del Gobierno, donde queda totalmente prohibido en toda la República Peruana las corridas de toro al “estilo indígena”, con la finalidad de evitar más heridos y muertos en estas futuras celebraciones.
Los vecindarios principales se separan ante tal noticia: Don Dimitri Cáceres, encabeza a un grupo y ellos están de acuerdo con esta decisión de prohibir lo que es para ellos también y consideran una costumbre salvaje, mientras que otros, apoyados en Don Pancho, exigen que por lo menos se permita aunque sea ese año celebrar por vez última las corridas según lo que hasta ahora ha sido la costumbre indígena, ya que todos los preparativos de ese año ya se encontraban bastante avanzados.
El Subprefecto no hace caso a esta solicitud y se muestra intolerante y hace una advertencia que habrá castigó para quien se pretenda contradecirle. Es entonces que Don Pancho es llevado a la cárcel, acusándolo de revoltoso.
Por su parte as autoridades municipales admiten lo regulado en la circular y ofrecen como alternativa para la celebración acordar contratar a un torero profesional en la ciudad Lima, con el fin de realizar las corridas de forma “civilizad”, es decir, a la tradición española.
VI.- LA AUTORIDAD.- Ya informados de la prohibición, los indígenas se convocan en masa en la plaza principal el pueblo, allí llegan el alcalde y el vicario donde logran apaciguarlos, ofreciéndoles que de todas formas habría Turupukllay.
Para ello el Subprefecto hace venir a su oficina a Don Pancho, y comienza a tener una conversación muy acalorada; al final termina soltándolo, con la advertencia que no incite a los indios, ya que de lo contrario regresaría a prisión.
Don Pancho procede a retirarse cuando va caminando en medio de la plaza, el Subprefecto le ordena al Sargento que lo ataque y le dispare por la espalda, sin embargo el Sargento se niega a realizar tal acto de cobardía. Es impactante lo que este capítulo muestra tan descarnadamente la ruina moral a la que han llegado las autoridades que han sido enviadas desde la capital.
Esta disposición y nueva ley, decepciona a los indios por los preparativos que ya vienen adelantando y luego que encuentran hallan un gran placer por la corrida, no los va amedrentar.
VII.- LOS “SERRANOS”.- Comienza este capítulo con la descripción de la migración de los miles y miles de lucaninos que ha migrado hacia la capital, todo ello fue posible debido al logro de la carretera de Puquio a Nazca, donde los propios puquianos lograron construir en tan solo 28 días, bajo el mando y dirigidos por el Vicario o cura del pueblo.
La gran mayoría de los indígenas inmigrantes andinos trabajaron como sirvientes, obreros y empleados, para ello comienzan a invadir terrenos en las zonas de los arenales donde se comienzan a construir viviendas muy pobres y precarias, sin embargo también llegan a Lima unos Mistis que cuentan con dinero y ellos instalan mercados, comercios y adquieren terrenos para sus vivienda en lo que denominó zonas residenciales.
Se podría decir que son tratados en forma despectiva por los limeños y los llaman “serranos” a manera de insulto. Mientras tanto los lucaninos residentes en Lima conforman una asociación para protegerse y apoyar así a sus coterráneos, en lo que se llamó el Centro Unión Lucanas. Eligen como presidente al estudiante Escobar, que era un mestizo de Puquio, y que se encontraba influenciado por la doctrina de José Carlos Mariátegui, quién era un sociólogo con ideas marxista.
VIII.- EL MISITU.- Finalmente llegamos al capítulo donde se cuenta todo sobre el toro Misitu, que era un ser ya casi legendario, pues los indios tenían una leyenda acerca de que no tenía no padre ni madre sino, que su llegada al mundo había surgido de un remolino de las aguas de la laguna Torkok’ocha; su ya tan nombrada fama ha sobrepasado los límites de la provincia de Lucanas.
Misitu vivía en la puna o zona del altiplano peruano, se encontraba abrigado por toda la vegetación de los queñuales de Negromayo, en K’oñani. En muchas oportunidades el terrateniente Don Julián Arangüena había intentado atraparlo, sin ninguna suerte para ello lograrlo y por tal motivo decidió regalarlo, en primera instancia a los colectividades de K’oñani y luego a los pobladores de K’ayau.
IX.- LA VÍSPERA.- Cecano al día de la festividad el Subprefecto se comunicó y llamó en su despacho a los importantes vecinos para conversar acerca de llegar a acuerdo acerca de la manera prudente de cumplir con la circular, y evitar un malestar innecesario en los indígenas.
Don Demetrio, Uno de los vecinos le informa el plan del señor Vicario: los harían que construyeran un pequeño coso en la centro de Pichk’achuri y se persuadiría así a los pobladores que era la mejor forma de realizar allí el evento, para así no usar todo el pampón de la plaza pública.
Al mismo tiempo se les persuadiría el no usar dinamita y al ingresar el público a la arena, para lograr el evitar matarse o resultar heridos. También se les informa que y que en Lima el Centro de Lucanas ya se había contratado los servicios de un torero profesional español para llevarlo a Puquio.
A el Subprefecto, le parece perfecto todo esta nueva disposición y acepta todos estos planes; el Vicario por su parte cumple con su parte y logra convencer a los Varayok’s indígenas de edificar un pequeño coso con ramas de eucaliptos.
X.- EL AUKI.- Narra en esta parte el autor con detalles acerca de la explicación en la relación y la devoción que rinden los puquianos a quienes consideran los espíritus de los cerros, especialmente hacia el Auki (jefe) K’arwarasu, que es el padre de todas los cerros de Lucanas. Los pobladores del Ayllu de K’ayau se encomiendan a él para conseguir la conquista del Misitu.
Están dirigidos por el Varayok Alcalde, juntos suben a la cumbre de esa montaña y proceden a enterrar una ofrenda. Cuando regresan los escolta también el Layka (brujo) de Chipau, que decide ofrecerse para guiarlos y ayudarlos a capturar al toro.
Los indígenas de K’ayau logran finalmente lacear al Misitu y lo traen llevándolo a rastras en dirección hacia el coso de Puquio. El brujo Layka es malogrado y destripado por el toro y su muerte es vista como un sacrificio de sangre para indemnizar el favor otorgado por el Auki.
XI.- YAWAR FIESTA.- ¡Llegó el día de la festividad patria! Era el 28 de julio, el toreador había sido contratado y se encontraba instalado en el pueblo, hay un corral para la corrida hecho de eucaliptos y la carretera —que fue una obra formidable, al considerar que la maquinaria aprovechable a los indios y el trabajo que supuso en los cerros— quedó perfecta y está lista.
Y llegaron la multitud inmensa en Puquio, era procedentes de toda las adyacencias de la provincia de Lucanas e inclusive de otras zona y lugares lejanos, era una actividad muy llamativa y tradicional y quería ver el evento taurino que a realizarse en el coso que habían armado en la plaza de Pichk’achuri.
Don Pancho y Don Julián mientras tanto, procedieron a ser encerrados en la cárcel por órden del Subprefecto, evitando así que agitaran a los indios.
El coso para la corrida rebasó y muchos pobladores se quedaron en afuera, insistían para ingresar inútilmente. Finalmente apareció el Misitu en la Plaza y también ingresó el torero Ibarito II, quien a oír el sonido musical de los wakawak’ras y el copla lúgubre de las señoras, se llenó de inseguridad.
Al principio el torero capeó bien, pero seguidamente el toro buscó su cuerpo y casi lo arrolla, aunque logró escapar y refugiarse en los escondederos.
El toreador español, le demuestra cobardía al toro, y decide esconderse en la tablada, trayendo una gran decepción a los indios, por ello deciden tomar la desanimada corrida para realizarla ellos. Todo ello excitó la burla de los indios, quienes reclamaron que saltaran a torear los suyos, los primero que salieron fueron: el Wallpa, el Honrao, el Raura, el K’encho.
Entonces le toca el turno al toro Misito quien, a diferencia de su fama, se muestra tranquilazo, y más bien desinteresado en la corrida.
Sin embargo al incitarlo, cambia y transforma el corral en un instante en un matadero, en el que comienzan a salir heridos los pobladores toreadores y ese ícono de valor, fuerza y libertad, el Misito; pasa a ser es descuartizado por los indígenas, con lo que la ensangrentada fiesta remata.
El primero que ingresó fue Wallpa, que luego de dos muy hábiles capeadas, lo alcanzó el toro, y le incrustó uno de los cuernos en la ingle, llevándolo hasta las cercas y clavándolo en uno de esos troncos. Los otros contrincantes toreros indios logran con un gran esfuerzo apartar al toro del de Wallpa.
El Varayo’k Alcalde de K’ayau agarró un cartucho de la dinamita prohibida al Raura, y así finalmente lograron herir de muerte al toro, por otro lado Wallpa no le paraba la sangre y salía a borbotones por parte de la pierna hasta llenar el suelo de su sangre.
El Sr. Alcalde se dirige mirando al Subprefecto y le dice: que así eran sus fiestas, el Yawar Punchay verdadero.
Análisis
El crítico literario y profesor universitario, nacido en Perú, Antonio Cornejo Polar , reconocido principalmente por su teorización sobre la cultura latinoamericana, señala:
“Yawar fiesta rectifica varias normas básicas de la novela indigenista tradicional. Por lo pronto, más que revelar la opresión y congoja de los indios, esta novela busca subrayar el poder y la dignidad que el pueblo quechua ha sabido preservar pese a la explotación y al desprecio de los blancos. Es la narración del triunfo de este pueblo en su decisión de conservar su idiosincrasia cultural y ciertos aspectos de su organización social. La victoria de los ayllus frente a las autoridades del poder central, los terratenientes y los mestizos «alimeñados» es un episodio absolutamente insólito dentro de la norma indigenista. De otra parte, Yawar fiesta inicia el tratamiento de un tema que tendrá su plasmación cabal mucho más adelante: el de los señores que sin dejar de oprimir al pueblo indígena han sido ganados por su cultura y en este sentido se sienten más cercanos a sus siervos que a los hombres de la costa. Don Julián es el antecedente de don Aparicio (Diamantes y pedernales) y de don Bruno (Todas las sangres). De aquí se desprende que en Yawar fiesta se ausculta la posibilidad de entender el mundo andino como una totalidad, aunque internamente conflictiva, y de oponerla, con todas sus contradicciones, al sistema socio-cultural occidentalizado de la costa peruana. De esta manera comienza a construirse la secuencia de ampliaciones y contrastes que sólo terminará en El zorro de arriba y el zorro de abajo. Arguedas fue muy consciente de la necesidad de este proceso de contextualización: «solamente pueden conocer bien al indio —decía— las personas que conocen también, con la misma profundidad, a las gentes o sectores sociales que han determinado que el indio sea tal como es ahora».
Julio Ramón Ribeyro escritor peruano y reconocido por ser un cuentista de los mejores en Latinoamérica ha dicho de esta novela que su autor:
“traza en ella la mejor semblanza social y económica de lo que puede ser un pueblo grande de la sierra, que no tiene parangón en nuestra literatura por la exactitud de la información y la lucidez del análisis.”
Adaptación cinematográfica
Se estrenó la adaptación cinematográfica en película en 1986. Esta novela fue llevada al cine por el cineasta cuzqueño Luis Figueroa. Para su realización cabe destacar que en la película se agrega un detalle que no se muestra en la novela: la participación del cóndor amarrado al lomo del toro de lidia, que ciertamente es una variante real del yawar fiesta, que se celebra principalmente en los departamentos de Ayacucho y Apurímac. Pero que no es contado en la novela.
Yawar Fiesta fue la más grande novela de José María Arguedas Altamirano. El autor nos brinda un panorama muy vigoroso y detallado de la diversa y compleja subsistencia social de la meseta peruana, donde el elemento étnico se logra entrecruzar con otros factores de índole religiosos, tradicionales, socioeconómicos y culturales.
El literato que es de origen peruano, lo cual muestra consecuentemente en toda su historia logra transmitir a través de ella una gran sensibilidad acerca de la cultura indígena y en particular acerca de la musicalidad de tipo coral que forma parte de esta historia. Es mmuy relevante que en Yawar Fiesta se muestre el sonido de los instrumentos musicales legendarios indígenas, el cual pasa a ser un motivo conductor a través de toda la novela.
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