Otra vuelta de tuerca es, probablemente, la obra más famosa del escritor Henry James; la cual fue publicada en el año 1898, y además es considera como una de las historias de las principales escritos de la temática sobre fantasmas y el estilo gótico. Pero cabe preguntarse, ¿Hay verdaderamente fantasmas en este relato? Esta es una pregunta que será respondida a medida que desarrollemos el contenido de la obra en manera breve. El cuento ha encantado a los lectores desde su lanzamiento y tiene características de novela corta que permite variadas interpretaciones.
Resumen de Otra Vuelta de Tuerca
El libro de otra vuelta de tuerca; esta habituada en el contexto del período de mediados del siglo XIX, tiempo en el que la luz que se encendia en las noches, se realizaba a través de cirios, velas y la comunicación distante solo eran posible por medio de cartas. El relato se centra en una mujer que en su juventud es contratada por un bien parecido hombre de quien queda atraida y para ser la institutriz de un par de niños llamados Flora y Miles.
Los padres de estos chiquillos fallecieron, además son sobrinos del actual dueño de la mansión en Bly; donde la nueva institutriz deberá mudarse, siendo el bien inmueble de estilo campestre, lo que le da un aire oscuro al cuento.
Inicialmente aparenta ser un trabajo agradable pero mediante transcurran los hechos, la vida de esta joven se ira convirtiendo en una real pesadilla.
Los infantes están traumados a causa de los terribles hechos anteriores que tuvieron que vivir con la antigua institutriz, quien tenía por nombre Jessel, y por otro lado esta Peter Quint, el sirviente y apoyo de habitación del dueño (tío del par de críos), este último tenía una complicada relación con Jessel.
Todo apunta a las posibilidades que entre Jessel y Peter, acontecieron una serie de atentados que aunado a las muertes de las que fueron testigos los niños, han dejado una marca difícil de borrar en ellos.
La nueva institutriz sin embargo, es una persona que se muestra compasiva y por esto, trata de brindarles apoyo a los niños, tarea que se torna muy complicada. Ella empieza a tener una serie de sucesos paranormales en la mansión donde siente haber oído voces, canciones y haberse topado con las apariciones de la antigua institutriz y supuestamente también del criado como si fuesen fantasmas que rondan por los alrededores del hogar.
Un dato muy misterioso es que todas estas alucinaciones y ruidos que la institutriz presencia, le son contradichas por los críos, y por la ama de llaves la que se llama la señora Grose, a medida que progresa el cuento, la actividad paranormal se incrementa, pero únicamente la institutriz es quien las observa y escucha, llevándola a pensar que todo forma parte de un malévolo plan contra su persona.
Con el propósito de llegar al trasfondo de los acontecimientos y cuidar a los infantes de alguna energía negativa que pueda estar tras de ellos; toma la decisión de investigar profundamente acerca de las personas que murieron y ahora se le están manifestando en forma de posibles almas en pena.
Para ello utiliza los testimonios de la señora George, quien le proporciona mayores detalles referentes a la vida de estos dos individuos, revelándose así un conjunto de retorcidos secretos.
El relato parece contener en gran medida la sexualidad que esta dentro por de las relaciones adulterinas entre la servidumbre anterior y entre el criado y el infante, ya que Peter estaba mucho tiempo con el niño Miles; hasta que dicho criado murió una madrugada. La protagonista, quien se caracteriza por ser una persona en estado de soltería y que tuvo una crianza que la hace una mujer muy autoritaria, se muestra perpleja y sumamente angustiada por esos relatos llenos de promiscuidad ligados a aquellos tiempos.
la señora Groce le cuenta además que el señor Quiint llegaba borracho y un dia lo encontro con un golpe en la cabeza.
No ostante, la Sra. Grose, le confirmaba que en ningún momento le pareció haber experimentado alguna aparición o vivir algo fuera de lo común pero si le acoto que las empleadas responsables de la cocina y de la limpieza, generalmente se iban antes del anochecer de la mansión porque la misma les causaba una especie de temor.
La institutriz en su exploración para descubrir lo que se oculta tras todo lo acontecido, porque tenía la certeza de que esto no podía ser solo parte de su imaginación, toma la firme decisión de darle La otra vuelta de tuerca.
Es así como la institutriz anónima porque realmente en ningún momento se nos da conocimiento de su nombre, toma medidas en las que Flora y la señora Grose, terminan yéndose a la casa del tio de los infantes y ella se queda solamente en la mansión con el pequeño Miles.
A quien una noche lo somete a interrogatorio para que le sea sincero al contarle que está pasando y el chiquillo termina considerándola como alguien con problemas mentales, incluso se forma una discusión entre ambos en las que la institutriz observa a la aparición con la forma del señor Quint a través de la ventana y de hecho se lo comenta al niño de forma desesperada.
Estos acontecimientos tienen un desenlace horrible cuando Miles muere de un aparente ataque al corazón en los brazos de la institutriz, quien llora desconsoladamente al verse envuelta en una situación llena de confusiones y dudas que no saber exactamente la razón de porqué esta ocurriendo todo eso.
El autor refleja un afecto grande que los infantes tenían por los dos criados que fallecieron, siendo uno de los más notables y fuertes; el del señor Quint con Miles, asunto que a la señora Grose no le parecía conveniente al igual que la relación que este sirviente guardaba con Jessel, y que era motivo de escandalo y esta antigua institutriz, es señalada por la señora Grose como la causante del desorden mental que aparentemente sufre el niño.
Es precisamente el ya mencionado afecto lo que despierta las sospechas de la nueva institutriz y que la lleva a tomar en cuenta el complot que está atentando contra su bienestar.
Reseña de Otra Vuelta de Tuerca
Primeramente cabe destacar que la obra es considerada como una de las más reconocidas del escritor Henry James y también el libro ocupa un puesto muy importante dentro de la literatura sobre este tipo de temática fantasmal.
Para una persona, escribir actualmente sobre esta historia, sin dudas se vuelve una misión compleja. La razón no tiene nada que ver con la insignificante cantidad de fuentes o porque el cuento en sí sea complicado de entender.
El motivo está relacionado justamente a las numerosas escrituras que existen acerca del libro desde su lanzamiento. Aparentemente cada ángulo fue estudiado y descifrado hasta el inmenso aburrimiento académico por variedad de movimientos críticos. Asimismo es una historia que ha producido debate que va ligado a dos factores clave.
El primero de ellos se basa en que es un cuento de fantasmas como tanto suele gustarles a diversas personas y el segundo es la razón especifica que se visualiza en la historia, es misterioso que el autor únicamente este narrando un cuento de fantasma.
Cuando la joven decide aceptar el trabajo de parte del apuesto tío, solo hay una norma a la que ella se debe apegar y es la de no causar alguna molestia al dueño de la mansión por ningún motivo sea cual sea; aunque esto le pareció una rara condición de parte del que sería el nuevo patrón de ella, lo cierto es que la joven acepta sin querer indagar o buscar alguna justificación que le diera mayor sentido a esa solicitud. Pareciese que Henry James escribió la primera parte del libro para que los lectores se sientan perdidos y les surjan un sinfín de preguntas.
El cuento se nos presenta como esas que son relatadas cerca de alguna chimenea y el lugar donde se derivan los acontecimientos, es como si representara la típica “mansión maldita” o “casa encantada” de esas que tan popularmente se suele asociar al tema de fantasmas con el extenso pasillo iluminado por una sutil vela en la que sus maderas rechinan en el caminar sigiloso de una atemorizada joven en camisón blanco.
Luego de que el leedor moderno, haya tenido sus inicios en el estrecho género del terror, en el cual suele nutrirse de una diversidad de temáticas; se le hará muy placentero volver a lo que con el pasar del tiempo, no pasada de moda.
Aunque es una obra que definitivamente le gustara a las personas en cualquier temporada del año, se me ocurre que pudiese ser un libro ideal para el Halloween y quienes sean amantes de estas festividades.
Si nos remontamos a los tiempos un siglo atrás, podremos darnos cuenta que había una gran devoción por las obras literarias góticas del romanticismo y lo que pudo haber inspirado a Henry James para involucrarse con este misterioso mundo literario, fue la influencia del tema paranormal que estaba tan acentuado en aquel entonces y en el cual se llevaban a cabo investigaciones científicas acerca de esto e inclusive se sustentaba con las fotografías como medio para documentar evidencias de supuestos fantasmas.
Lo obtenido fue, partiendo de su juicio, “un estudio sobre nada en absoluto”, es decir, “algo que suponía que era un tema resulta ser realmente nada”.
En base a los mensajes que el autor intercambiaba con sus amistades, él comenzó esta historia sin tener la convicción de hacia dónde lo conduciría, y a causa de la improvisación, James estaba en el punto que le hizo cuestionarse si debía proseguir con el cuento pero era del tipo de persona que no le gustaba dejar incompleto todo aquello que ya había iniciado, así que en su afán; culmino por la que sería esta su gran creación literaria.
El autor prosigue en su observación con otra enunciación más misteriosa si cabe: “El pequeño libro en cuestión es realmente un ejercicio en el arte de no verse uno mismo fracasar”. ¿Es el artista el que no quiere aceptar su fracaso o es la protagonista de la historia la que se niega a aceptar la derrota? A James se le comienza a ir el relato de las manos, ¿o es más bien esa la impresión que quiere causar en el público? Estas y muchas otras preguntas podrían hacerse los lectores.
Es en ese momento que podemos contemplar una variedad de lecturas e interpretaciones que se le ha hecho a la historia con el pasar del tiempo. Es sin duda ese tipo de libro de fantasmas que se narra con un enigma que puede molestar.
Con el pasar de los años, el mismo James reconoce que su plan al inicio, fue sobrepasado en sus expectativas durante el avance de los acontecimientos de la historia. Aparentemente el propio libro obtiene vida de manera autónoma y se engrandece a causa de la angustia del lector; haciendo referencia que mientras más angustia James sintiera, la obra tomaba mayores fuerzas y el autor se valía de ello para su excelente desarrollo.
Un aspecto totalmente terrorífico es que el autor siendo alguien maduro y consciente del impacto que su obra ha tenido entre los espectadores, se nota definitivamente el mal que irradia del conjunto de conocimientos de James, en el cual podemos además observar que los fantasmas representan lo más sombrío de nuestra gnosis.
Y aún si omitimos los sucesos paranormales que se están viviendo en la mansión, de igual forma causa temor el otro par de motivos que se nos presentan al frente: la pérdida de la inocencia y la locura. A pesar de lo extraordinaria lectura que gracias a este autor hoy en día podemos contemplar, es de temor el análisis de los elementos que conforman la mentalidad de Henry y los percibidos en la trama.
Analizar detalladamente la obra no nos brindara la respuesta ante tantas interrogantes porque inclusive el mismo autor aparenta no tenerlas. El considera que no se debe eximir absolutamente nada para que así la novela no corra el peligro de disminuir su fortaleza narrativa.
Y es que mientras más se puedan buscar dichas respuestas, parece que mayor incógnitas surgen porque James no nos deja pistas que nos den la certeza de cuál es la verdad que se oculta en esta historia. De allí a que surjan tantas teorías.
Henry James, en su ensayo El arte de la Ficción (1884) intuye que una obra de arte no es un verdadero éxito sin la presencia de la teoría crítica.
Ciertamente, esto es Otra Vuelta de Tuerca porque es la protagonista quien partiendo de su realidad psicológica, nos sumerge en un mar donde nos encontramos en una especie de barco comandado por la institutriz en una corriente tan estremecedora que nos deja a la deriva y al igual que la joven narradora, nos causa pavor tanta incertidumbre.
En un fragmento de su cuaderno de notas, Henry James escribe así el origen de la obra:
«Anoto aquí la historia de fantasmas que el arzobispo de Canterbury me contó en Addington (la noche del jueves 10); un mero boceto vago, general, impreciso, puesto que no otra cosa le había referido (de modo harto malo e imperfecto) una dama que no poseía el arte de narrar ni claridad alguna.» Por lo tanto, fue esta anécdota que dio rienda suelta a James para empezar a escribir la obra que empieza con el manuscrito de un tal Douglas a un grupo de personas.
Por otra parte, para aquellas personas que creen que la indeterminación es uno de los recursos utilizados por el autor para crear el clima provechoso, es pertinente resaltar la precisión del principio del relato por boca de la institutriz:
“Todo el principio lo recuerdo como una sucesión de altibajos, un vaivén de emociones mejores y peores. En la ciudad, aun después de haberme animado a aceptar el ofrecimiento, pasé unos días muy malos: de nuevo dudaba, en realidad estaba convencida de haber cometido un error”.
Aquí percibimos que la joven no cuenta con el mayor entusiasmo para ejercer el empleo que se le ha dado y pese a que el impacto que tuvo de la mansión Bly fue positivo y no le causa intranquilidad en el principio, al tiempo de conocer a Flora, la protagonista documenta:
“Era alentador que no hubiera dificultades para entrar en contacto con un ser tan beatífico como aparentaba ser mi radiante niñita, cuya angelical belleza quizá fue el factor que más colaboró al desasosiego que me hizo levantarme antes del amanecer y dar repetidas vueltas por mi alcoba”.
Esto es tan solo una muestra de que la protagonista ya está dando señales de una inestabilidad que expresa al considerar que la niña tiene una apariencia de ser beatífica y el elemento que pone en marcha su ansiedad.
En este fragmento de la historia y en las que le prosiguen, se considera que esta la clave de la fama del libro que el autor introduce en la psicología del espectador y que es la cualidad de esa expresión o circunstancia que es posible entender de distintas formas o producir confusión.
Posibles interpretaciones
La razón que vuelve relevante a la «otra vuelta de tuerca de henry james», y la transforma en el cuento de fantasmas favorito de varias personas, es la capacidad de la doble lectura y la escritura ambivalente, es decir que puede interpretarse de dos formas diferentes en que fue imaginada y plasmada. La probabilidad de que realmente estos fantasmas sean una realidad o no en el libro, puede ser interpretada de dos maneras distintas.
Por una parte, tenemos que el componente que ofrece estas interpretaciones a la narración; es la institutriz quien es la responsable de llevarnos hacia los confines de la obra. Es necesario entender la importancia de la protagonista en el cuento, pues es ella misma quien nos relata los acontecimientos en la mansión, excepto el principio de la obra.
Es desde su perspectiva con la cual se nos hace posible estar al tanto de los sucesos partiendo de la concepción y el modo de ver las cosas desde la realidad de la institutriz, para que sea ella misma quien nos persuada o no de los fantasmas que aparecen de la nada.
En la historia se cuentan los senderos mentales de la protagonista, Cada acontecimiento que forma parte de su estadía en la mansión según lo que observa, escucha y siente. Nos invita a pensar que si nos regimos por los argumentos en base a lo que esta chica ha vivido, notamos como las apariciones surgen y se desvanecen de forma espontánea y así llegaríamos a la conclusión que los fantasmas son completamente reales.
Y si los otros personajes niegan haber percibido la presencia de estas apariciones, a pesar de lo segura que esta la institutriz cuando intenta convencerlos, significaría que impulsados por trastornos a nivel emocional y posiblemente una preocupación de que algo malo pudiese suceder, se rehusarán a decir la verdad, ocultando así lo que evidentemente está pasando.
En esta circunstancia, la institutriz poco tiene para defenderse y demostrar la veracidad de los fantasmas y que estos otros personajes mienten, tendría que en tal caso venir alguien ajeno a la familia para comprobar la cordura de la protagonista al demostrar la irrefutable existencia de estos espectros.
Paralelo a esta interpretación, y empleando «otra vuelta de tuerca», se podría comentar que efectivamente todo es parte de la mente de la institutriz, es decir, que los espectros no forman parte de la verdadera realidad a nivel general sino de la realidad que conforma el ser de esta protagonista, prueba de que puede estar sufriendo de algún problema mental o psicológico.
Por lo cual, esta presume, erradamente con respecto a esta interpretación del libro, que los infantes aunque saben la verdad, intentan disimularla, siendo algo completamente sin sentido ya que los pequeños no observan, perciben ni tienen conocimiento alguno sobre estas apariciones, conduciendo el caso a que todo es un producto de las alucinaciones y fantasía de la mujer por ser ella la única que aprecia estos fenómenos paranormales.
Siendo la realidad de esta mujer algo carente de raciocinio y credibilidad que incluso no cuenta con bases que puedan sostenerse por la opinión de la ama de llaves quien tampoco ve a los supuestos fantasmas . Constarían cinco pruebas para sostener esta teoría y son los siguientes:
- La institutriz muestra ciertas tensiones incluso antes de llegar a la mansión de Bly, a causa de la diferencia social.
- El hecho de que ella había quedado realmente impresionada -se podría decir enamorada- del patrón (tío de los niños). Sin embargo, este le dijo contundentemente que no lo podía molestar por ningún motivo (es como un hacha cortante).
- En la historia menciona que ella era hija de un clérigo anglicano. Ya nos imaginamos cómo ha de haber sido cuidada en su infancia. Debe haber sufrido cierta presión, porque en esa época no se esperaba nada desagradable de una familia así.
- Está preocupada por si se llevará bien con las personas de la casa.
- El hecho de que ella, unos días después de llegar a la mansión, reciba una carta del director del colegio del niño para el patrón. Sin embargo, el patrón se la vuelve a dar a ella y le recalca que no le pida ayuda, ni le consulte nada. Esta carta contenía información sobre Miles, el niño, mencionando que era una afrenta para los demás y por esto había sido expulsado.
De alguna manera, la capacidad permanente de «Otra vuelta de tuerca», permite interpretar, reinterpretar y adecuar los elementos según la concepción de cada lector y su manera de racionalizar para llegar a la verdad que le parezca más valida. El titulo en consecuencia, alude a todo lo dicho anteriormente.
Personajes
- Institutriz: la persona contratada para cuidar a los niños. Una joven soltera de veinte años, la hija menor de un clérigo pobre, que sale por primera vez de su casa familiar en el campo para entrevistarse en Londres aspirando al puesto de institutriz. Allí queda prendada del tío de los pequeños y quiere ganar su afecto teniendo éxito en su trabajo.
- Miles: un niño de diez años que ya se comporta como un excelente pequeño caballero. Fue expulsado del colegio porque contaba historias de terror a sus compañeros y, de ese modo, llegaron hasta los profesores.
- Flora: la hermana de Miles. Tiene ocho años y aún no va al colegio.
- Señorita Jessel: la fallecida institutriz que mantenía amistad con Flora. Al igual que su sucesora, era joven y bonita. Vivió en la mansión un turbio romance con Quint. Se marcha de vacaciones y muere en extrañas circunstancias, tal vez se suicidó embarazada.
- Quint: el fallecido hombre de confianza y ayudante personal del señor. Fue enviado al campo por presuntos problemas de salud, murió una noche al resbalar borracho en el hielo. Era un hombre apuesto, promiscuo y violento, el prototipo de rufián seductor de la época.
- Señora Grose: el ama de llaves de la casa, cómplice y amiga de la institutriz. Una señora de mediana edad, analfabeta y que teme perder su empleo si molesta al señor.
- Douglas: el hombre que recibió el manuscrito de la institutriz.
Adaptaciones al cine
Otra vuelta de tuerca ha sido llevada en muchas ocasiones al cine y a la televisión:
- El capítulo de Matinee Theatre con el título The Others (1957).
- El capítulo de Startime con el título The Turn of the Screw (1959).
- The Turn of the Screw, dirigida por John Frankenheimer (1959).
- ¡Suspense! (The Innocents), de Jack Clayton (1961).
- Die Sündigen Engel, de Ludwig Cremer (1962).
- Le Tour d’écrou, de Raymond Rouleau (1974).
- The Turn of the Screw, de Dan Curtis (1974).
- El capítulo de Nouvelles, con el título Le Tour d’écrou (1974).
- Otra vuelta de tuerca, de Dimitrio Salas (1981).
- Otra vuelta de tuerca, de Eloy de la Iglesia (1985).
- El capítulo de Nigthmare Classics, con el título The Turn of the Screw (1990).
- The Turn of the Screw, de Rusty Lemorande (1991).
- The Haunting of Helen Walker, de Tom McLoughlin (1995).
- El celo, de Antoni Aloy (1999).
- The Turn of the Screw, de Ben Bolt (1999).
- The Turn of the Screw, de Nick Millard (2003).
- Giro di vite, de Marco Serafini (2008).
- The Turn of the Screw, de Tim Fywell (2009), para la BBC.
Además, influyó sobre cineastas como Alejandro Amenábar (Los otros), Carlos Enrique Taboada (El libro de piedra) o Narciso Ibáñez Serrador (el capítulo El muñeco de las Historias para no dormir).
Un caso especial es la película The Nightcomers , dirigida por Michael Winner en 1972. Esta película es una suerte de precuela (o protosecuela) de Una vuelta de tuerca donde se narran los hechos acontecidos antes de la novela (y que se van conociendo a lo largo de esta).
En 1997, el programa de radioteatro Historias de Radio Nacional de España, debutó con una adaptación en seis episodios de Otra vuelta de tuerca protagonizada por Lourdes Guerras como la institutriz, Natalia García como la Sra. Grose, Blanca Gala como Flora, y Maribel Sánchez de Aro como Miles. Tal adaptación sería repuesta en 2002, en el quinto aniversario del programa. En este año 2020, este libro será adaptado para ser la segunda temporada de la serie de Netflix The Haunting of Hill House.
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