Juvenília, es un libro de recuerdos de experiencias vividas en la época estudiantil de Miguel Cané, un escritor, político, abogado y periodista argentino, que publicó esta, su más afamada obra en el año 1884. En este artículo podrás conocer más sobre el autor de este libro, además de un resumen y análisis de la destacada obra.
Significado del Título de la obra
Juvenília es una palabra en latín, esta palabra hace referencia a “cosas de la juventud” o “vivencias de la juventud”, lo que concuerda con el desarrollo de este intrigante libro, ya que Miguel Cané, que a su vez lleva a cabo su papel como narrador de sus propias vivencias, travesuras, excursiones y aventuras en su época de niñez y adolescencia, siendo un joven que ingresa al Colegio Nacional de Buenos Aires.
El Tema de la obra
Es un libro de autobiografía. Miguel Cané nos deja forjado en este libro el retrato exacto de los episodios sucedidos a lo largo de los años en su niñez y juventud, siendo un joven estudiante del Colegio Nacional de Buenos Aires. Todas las experiencias con las que se cruzó Miguel Cané, en este mundo del colegio y que quedaron plasmadas en este libro para el disfrute de cada lector. Junto a anécdotas cómicas, Miguel Cané también refleja el reverso conmovedor, que provoca un sentimiento de simpatía o evoca la melancolía del lector. Si bien, teniendo siempre presente que Juvenília no pretende ser un libro sentimental, sino todo lo contrario. Su autor apremia en sus páginas la nota gozosa, humorística, y con ello busca apartar la pesadez y lo monótono.
Estructura de Juvenília
Este libro es la viva recopilación de los recuerdos felices de la infancia del narrador. Desglosado en 36 capítulos, sin ningún orden cronológico (por esto no se considera como una novela por algunos expertos literarios) de los cinco años que duró su época como estudiante en el Colegio Nacional de Buenos Aires, y que se desarrollan desde su infancia hasta el inicio de su adolescencia.
Esta fue una etapa cumbre en la vida de Miguel Cané, pues en ella se moldea su carácter que en un futuro es vital para los importantes papeles que desempeña. Aun así no todos los recuerdos del Colegio Nacional de Buenos Aires reflejan ser agradables aun cuando Miguel Cané quiere recordar solo las buenas memorias, es complicado apartar aquellos días de travesuras, las severidades en su enseñanza, con mucha disciplina y severidad.
Aparte de los encierros y castigos, que con el paso del tiempo han perdido su dureza y nos deja una sonrisa, como el mal recuerdo de las horas de las comidas, o sus primeros días en el colegio y su sentimiento de soledad. Junto a la anécdota cómica, que promueve la sonrisa e incluso la risa más hilarante, Cané también refleja la página conmovedora, que provoca un sentimiento de ternura o rememora la tristeza en el lector. Siempre teniendo en cuenta, que Juvenília triste y sentimental, sino todo lo contrario. Miguel Cané página tras página muestra una tonalidad vivaz con humor buscando desechar lo tedioso.
Argumento
Los primeros meses en el Colegio Nacional de Buenos Aires ( era el antiguo Colegio de San Carlos) se desarrollaron para Miguel Cané como un indudable suplicio ya que en la institución solo existía una dura disciplina y el régimen alimenticio al que estaba sometido el narrador , ya que la comida, no variaba, y no era nada apetecible.
Todas estas experiencias con la que el narrador se sentía incompatible en el colegio fueron poco a poco compensadas por la naciente inmersión del joven en el mundo de la literatura. Poco a poco se dedicó a leer famosas obras como Los tres mosqueteros, Veinte años después, entre otros, lo cual le regalo noches en vela pero muy a gusto, le encantaba intercambiar libros con su familia y, con los compañeros de clases, libros que le hicieron olvidarse por momentos de la tristeza que lo embargaba por la muerte de su padre, y por la estancia en aquel colegio tan disciplinado, lo que lo llevaba a imaginar y adentrarse en las aventuras de los personajes fantásticos de los libros.
Poco a poco, pasaba el tiempo, y las penas y malos momentos que vivía día tras día en el Colegio Nacional de Buenos Aires se fueron “normalizando” para el joven. Las aventuras, incursiones y juegos con los otros estudiantes conforman el tema de los siguientes capítulos del libro.
Tenía un amigo, llamado Benito Neto, quien tenía bajo su poder una copia de las llaves del portón, que sólo le convenía usarla si se le invitaba a unirse en las escapadas del colegio escuela, por lo que al joven Miguel se le presento múltiples oportunidades para hacer de estas chiquilladas.
A lo largo del libro, se destaca la participación de un hombre bastante destacado: Amédée (Amadeo) Jacques, quien llegó a tierras argentinas con una gran maleta de conocimientos y sabiduría, por lo que finalmente obtendría el cargo de directo del Colegio Nacional de Buenos Aires.
Los estudiantes, se encontraban asombrados por los ilustres conocimientos y por la sabiduría de este profesor al impartir las diferentes clases a su cargo, vieron en Jacques un importante guía para su camino académico, a pesar de la forma de ser tan impetuoso y agresivo que podía llegar a ser, y que era lo que lo distinguía.
Su fallecimiento genero un gran impacto en los alumnos del colegio quienes, decidieron rendirle respeto y realizar un homenaje, llevándolo sobre sus hombros hasta el lugar donde seria sepultado.
Miguel Cané narra en esta autobiografía además los diversos duelos entre alumnos porteños y provincianos, y los castigos que recibían por meterse en problemas, como por ejemplo suspender perder los paseos de los domingos, pasar muchas horas de encierro, o en su peor caso , la expulsión del Colegio Nacional de Buenos Aires. Gracias a esto, Miguel Cané recuerda que siempre a lo largo de su vida guardaría un gran temor a la cárcel, aunque nunca hubiera visitado alguna (al menos que fuera una cárcel real).
Las clases de literatura llegaron a ser las favoritas, las que más le aportaban algo y las que más le entusiasmaban a Miguel Cané, quien ya era un experimentado en la lectura de libros y novelas. Aun cuando su profesor de literatura no estimuló ni exploto el interés literario de sus alumnos, estos mismos se tomaron la tarea de crear un periódico interno en el colegio, que les aportaba además de conocimiento, largas horas de debates entre ellos.
Y como si esto no fuera suficiente, Miguel Cané también recuerda que paralelo a eso, ayudaba con un periódico de su familia llamado “La Tribuna”, donde realmente fueron publicados sus primeros trabajos.
La casa de campo propiedad del colegio, conocida como “La chacarita de los estudiantes,” resultaba ser el lugar ideal para tomar un descanso y aliviar el cansancio que les generaba tanta disciplina en el colegio y daba pie a que se llevaran a cabo cualquier cantidad de travesuras y aventuras por parte de los jóvenes. Como por ejemplo el escaparse durante plena noche para conquistar a alguna chiquilla, o robarse alguna sandia o melón del desayuno, eran hechos inigualables para Cané y sus amigos.
Aunque los jóvenes vivían sumergidos en muchas clases, evaluaciones, exámenes, trabajos, entre tantas coas más, esto no era impedimento de que estuvieran al pendiente de todo lo que sucedía en su alrededor, sobre todo con la política. Entre las vivencias de Miguel Cané, destaca la inolvidable fecha del 22 de abril del año 1863, momento en que debía concluir la “federalización de la capital” o la de toda la jurisdicción de Buenos Aires, este fue un acontecimiento que trajo muchas secuelas para el país de Miguel Cané.
Pasaron poco a poco los años en el Colegio Nacional de Buenos Aires, que marcaron irrefutablemente la vida del narrador, donde finalmente culmino su periodo estudiantil de bachillerato, donde se avivo las esperanzas de Miguel Cané de huir de aquel régimen en el internado en el que vivió tantos años, y finalmente llevar con libre albedrío su vida fuera de este. Finalmente esta autobiografía finaliza con un Miguel Cané destacándose como un profesor del Colegio Nacional de Buenos Aires.
El libro Juvenília, de un atractivo encantador, conserva en la mayoría de sus capítulos un tono alegre, sin embargo no todo es así ya que en algunos otros capítulos denota tristezas y desdén. Esta autobiografía fue publicada en el año 1884, más que novela se le denomina autobiografía ya que Miguel Cané la escribió en primera persona.
Juvenilia Resumen
El libro de Juvenília es publicado en el año 1884 . Donde Miguel Cané, con una actitud de nostalgia, busca un refugio en su pasado, donde recrea muchas de sus experiencias como estudiante en el Colegio Nacional de Buenos Aires, algo que es característico de los escritores de su generación.
Las páginas de este libro inician con el ingreso de Cané al colegio donde este se verá acorralado por una atmósfera de melancolía y desolación, debido al reciente fallecimiento de su padre. Pero realmente con lo que se topara es con un internado estricto y rígido.
El abatimiento se apoderará de Miguel, ya que no encuentra en aquel lugar ningún consuelo; por lo que durante las visitas de su madre le pide encarecidamente que lo saque de ese lugar. Pero su madre está satisfecha a pesar de su dolor y con la ausencia de su marido, quien realmente era la figura que Miguel necesitaba de ejemplo, por lo que el internado era lo mejor para la educación de su hijo.
A pesar de los años que han pasado desde esos sucesos, hasta el momento en que el autor plasma estas vivencias, los recuerdos están tan vivos como si no hubiera pasado el tiempo. Un Miguel recién llegado sobrellevará todas las aventuras que acompañan al chico nuevo. Los compañeros, un poco extraños, le lo pusieron a prueba de fuego para saber de “que estaba hecho” Miguel.
Huyendo de la tristeza que le causaba a Miguel estar en su hogar, llega a este lugar que pareciera ser más indiferente y duro. Era un contraste bastante notorio para alguien como él que había tenido siempre una figura defensora y afectuosa como lo era su madre. Existía una disciplina en el colegio, orientada a instruir a los futuros hombres del país y donde todos recibían el mismo trato; no existía diferencias entre un alumno y otro.
La lectura se convirtió en su gran entusiasmo y refugio, quedándose horas tras horas en la noche hasta que se terminaba el libro. Esas noches en vela venían junto a ráfagas de insomnio. La ambición de de leer libro tras libro llego a tal punto que, intercambiaba libro con otros compañeros, creando incluso disputas entre ellos, por obtener el mejor libro y el más codiciado.
Sin embargo lo académico no es el centro de este libro de Miguel Cané, sino más bien todo lo contrario. En una que otra página Cané cuenta sobre los méritos estudiantiles, sin embargo Pocas veces se distrae en los quehaceres del estudio pues no le interesaban tanto en ese momento, por encima de esto Miguel prefiere detallar en su libro las aventuras vividas en estos días de su juventud.
Cané recapitula, con goce, ese universo de escapadas por la noche, de travesuras a cualquier hora del día, de peleas por cualquier motivo en la hora de descanso. Y En ese mundo confuso del colegio que plantea Miguel, nunca faltan los personajes con caracteres distintos, pero llenos de humor. Haciendo honor al título del libro, estos personajes van acorde a su jovial edad, llenos de vida, predispuestos a las travesuras, que surge como un estímulo frente a ese mundo cotidiano y trivial de la vida encerrada en un internado.
Esas escapadas, cuando las salidas habituales del colegio se encontraban obstruidas, y no había más remedio que fugarse por debajo del portón. Siendo algo de mucho riesgo pues las puntas de los hierros muchas veces malograban a los jóvenes en sus espaldas. Hace referencia entre los estudiantes un personaje llamado Benito Neto, quien era el qué terminaba facilitando una llave del portón y dar pie a sus escapadas .
En aquellos años existía una gran La rivalidad política en Buenos Aires, entre provincianos y Porteños. Diferencia que se extendía en el colegio, las políticas que había alborotado el país desde el año 1852, se reflejaban en divisiones entre los estudiantes del colegio. Los Provincianos y Porteños formaban dos bandos, cuyas diferencias se resolvían a menudo en duelos.
En ese ambiente conflictivo que se vive en el Colegio, Cané se lamenta que por ser tan pequeño (en edad), no tiene derecho a participar en los complots que planeaban los jóvenes mayores. En todo ese ambiente y etapa oscura del colegio como reflejo del país, en la que mandaba un director poco eficiente y de incierta preparación para la enseñanza de los jóvenes, los porteños ponían en marcha una estrategia conspirativa; tomando como pretexto el recibir un trato desigual. Esto daba pie a que se originaran disputas que servían de distracción a la furia de los porteños.
La estrategia a seguir, debido a que eran menor en cantidad, los porteños, se consideraban a sí mismos como unos supervivientes. Su plan consistía en estar dispuestos para la riña. Además el hecho de que fueran menos en cantidad, lo compensaban con más imaginación e ingenio que sus contrincantes. Los provincianos: “Eran mucho más formales y estudiosos.”
Esta etapa de riñas entre bandos es superada, gracias a que se produce un cambio de rector. Este cambio apuntaba a una escuela mucho mejor en la parte académica y en la disciplina. José Torres es quien tiene la responsabilidad de controlar y de imponer la disciplina en el Colegio. Evidentemente se ganó el odio de todo el estudiantado. Contra el mismo organizaron una revolución, donde Miguel fue uno de los dirigentes, manifestando discursos exaltados sobre la mala comida y la tiranía de Torres.
Estas injusticias no sólo se llevan a cabo en el colegio o su entorno inmediato. En la “Chacarita”, son continuamente promovidas las disputas con los vecinos. Los jóvenes, provocadores y expresando a gritos contra sus cercanos que estos eran unos ladrones, cruzan por las calles para llevar a cabo sus tareas propias de la vida campestre, como llevar leña o agua.
Los jóvenes, se dividían las tareas con equidad. Pero las verdaderas aventuras que se viven en ese lugar tan libre, donde los espacios son completamente abiertos, muy diferente a lo que es el colegio donde nada les recordaba al estudio y las obligaciones. Aquellos momentos quedaron guardados en su memoria como “la expedición frente a los “vascos”. Pero los vascos no eran personas tan gratas, no sabían de modales ni cortesía con los visitantes , denotan una educación muy vaga.
En la narración del libro se destaca que una de las mayores carencias que Cané atravesaba en esa etapa de su juventud era la alimentación. Quizás por eso se repetía una y otra vez su negativa y rebelándose en todo momento contra la mala alimentación. Cuando por alguna razón los estudiantes eran castigados con el encierro, Cané se sumaba a una protesta viéndose forzado a pasar la jornada con un régimen de pan y agua. Esa comida que se servía en el Colegio Nacional fue siempre inflexible, común, que daba una imagen maciza, y rígida.
Todo el capítulo en el que relata el menú del colegio, viene marcado por una de las particularidades de Cané: el lenguaje con hipérbole. La cacerola que trae uno de sus compañeros, con objetos flotantes, hace parecer una piscina; el arroz con leche más que un dulce tiene una coraza incomparable; el carnero tiene una consistencia dura. Anudado a esto aparece una epidemia merodeando, que con un gran número de enfermos se instaura en el colegio.
Esto provoca que las autoridades del colegio lleguen incluso a plantearse la idea de tener que ampliar la enfermería, para dar cabida a tantos pacientes. Aquella enfermería más que un lugar aséptico, lucia como un lugar ameno donde los enfermos conversan, sin ningún aparente signo de malestar. Y a diferencia del comedor del colegio servían un caldo bastante respetable donde venia con un gusto a carne, e incluso si tenias suerte, les tocaba un trozo de carne de gallina.
Sin embargo Miguel Cané decía que “Todo lo bueno llega a su fin”, la alarma de la epidemia se retiró, esta fue controlada su propagación: Se tomaron medidas muy sabias que lograron erradicar la enfermedad en pocos días; si bien con la decepción por parte de los científicos de no haber podido descubrir el “virus’ portador de tan extraña enfermedad.
Miguel Cané, se describe a sí mismo en aquella época de niño, como graciosos y muchas veces dejado para los estudios. Amaba y admiraba mucho los libros, eran su pasión y distracción, Era un joven muy imaginativo, lo que hacía despistarse en clases. También era ingenioso, ya que se las ideaba para estudiar “sin gastar tantas neuronas”
El rector Agüero. Provoca un grato recuerdo de afecto y simpatía en Cané. Este siempre les otorgaba un voto de confianza a los jóvenes alumnos ante las travesuras que hacían. Pero sin lugar a duda el personaje que se lleva gran atención en esta obra es Mr. Amadeo Jacques, por quien Miguel sentía gran admiración, y quien vino a poner orden en el colegio, era un profesor exigente, algo impulsivo.
Pero a pasar de esa forma de ser tan arrebatada tenía otras cualidades lo que lo hacían ser respetado y admirado por sus alumnos. Habían otros profesores que no tenían la misma suerte de Mr. Jacques, sobre todo cundo uno de estos se le ocurrió golpear a uno de los alumnos. Esto era una demostración que a pesar de la dureza y firmeza de Amadeo Jacques, los alumnos lo toleraban y respetaban.
Por esto a pesar de toda la tonalidad humorística del libro, es inevitable presentar la melancolía de los estudiantes, al momento de la perdida física de este profesor. El tiempo pasa y a Miguel su colegio se le iba quedando pequeño poco a poco. Pero por sobre todo sentía un gran afán de tener su libertad. En esta obra se muestra una perspectiva que contrasta el mundo de los chicos jóvenes con el mundo de los adultos, de tonos mucho más sombríos, existiendo una gran y marcada diferencia entre ambos.
Sus sentimientos se avivan cuando con el pasar de los años este en circunstancias muy distintas a las que por alguna razón llego a ese colegio de chico, regresa al colegio nacional de Buenos Aires, como examinador. Cada uno de esos rincones tan conocidos, que le traen recuerdos, allí vividos, una nostalgia complaciente. Viene a su memoria como ráfagas algún recuerdo de golpes y moretones.
También tiene un pensamiento para su admirado e idolatrado Mr. Jacques, a quien le arruga el corazón recordar aquel hombre tan sabio y culto, un poco amargado y frívolo, pero quien le enseñaría tantas cosas que finalmente lo formaron como ese hombre valioso que se consideraba en aquel momento. Cayendo en cuenta del cambio tan garrafal, Miguel Cané ahora es él el examinador y ve sus estudiantes desde el otro lado de la historia, siendo el un ilustre profesor.
Pero, aun así no puede olvidar su etapa tan jovial como estudiante, los recuerdos retumban en su cabeza, pareciera que se estuviera viendo en un espejo: los jóvenes prestando atención a las mismos conductas que el tenia de chico, las mismas expresiones jocosas; las mismas “estrategias” para conseguir la mejor calificación en un examen.
Miguel se toma con mucha gracia el tema de que los jóvenes se copiaran en clases. Miguel Cané se sentía tan comprensivo con todos esos jóvenes estudiantes, ya que es un vivo recuerdo de cómo era el a esa edad.
Miguel Cané , para finalizar su libro ofrenda sus últimas líneas con muga gratitud y cariño recordando a sus jóvenes amigos quienes estuvieron junto a él durante 5 años, y virtuosos maestros . Son unas líneas llenas de enseñanzas, que tienen como objetivo llegarle al estudiante que las lea, concluyendo, que el éxito conseguido en un futuro viene de la mano con una buena base académica y disciplinaria impartida en la juventud.
Biografía del Autor
Miguel Cané fue un escritor, abogado, erudito, periodista y político. Nació en Montevideo, Uruguay el 27 de enero del año 1851, donde su familia fue exiliada debido a que su progenitor se alejó en el año 1935 debido al gobierno de Juan Manuel Rosas.
Fue hijo de Miguel Cané y Eufemia Casares Su admiración y desenvolvimiento en la política y la literatura hace evocación a lo que era el recuerdo de su padre, Miguel Cané, quien de igual forma fue un virtuoso novelista, cuyo exilio motivó el nacimiento del hijo en el país vecino, Uruguay. Miguel Cané heredó de sus padres la admiración por Europa, «el centro cultural soñado, mezcla de club, museo y sala de música», y la vocación de ser escritor.
Regreso a vivir a Argentina a la edad de dos años después del derrocamiento del Presidente para ese entonces, Juan Manuel de Rosas. Pudo obtener beneficios con la cláusula de la ley de ciudadanía, que fue dictada en el año 1869, que le facilito obtener la nacionalidad argentina a todos los que habían nacido de ambos padres argentinos en las repúblicas vecinas durante la época de mandato de Juan Manuel Rosas.
Su formación académica de bachillerato la llevo a cabo en el Colegio Nacional de Buenos Aires, cuyas vivencias resultaron inspiración para la redacción de su libro “Juvenília” que fue publicado en el año 1884, siendo esta su obra más conocida y exitosa. . La escritura de este libro se llevó a cabo año 1881, año donde Miguel Cané desempeñaba un cargo de político en la ciudad de Caracas, Venezuela.
En su escrito, como se hace notar cada palabra del autor en forma de relato, fue influenciado por sus pasados sueños de niño y joven llenos de inocencia y amenidad. Durante el año 1900 fue escogido como decano de la Facultad de Filosofía y Letras. Después de terminar sus estudios trabajó como periodista.
Miguel Cané ocupó numerosos cargos políticos, especialmente el ministro argentino de asuntos exteriores y del Interior, después de haber sido diputado provincial y nacional y alcalde de la ciudad de Buenos Aires. En septiembre del año 1875 se casó con María Sara Belaústegui Cueto, con quien tuvo dos hijos, Miguel Ramón y Sara Cané Belaústegui.
También fue diplomático, establecido en Colombia, Francia y Venezuela. Formo parte del Senado argentino entre los años 1898 y 1904. Entre las obras de Cané destacaron Ensayos en el año 1876; su más conocida obra autobiográfica Juvenilia (1884), basada en recuerdos de su infancia y adolescencia; En Viaje 1881-1882 y Light Prosa (1903), una recopilación de escritos poéticos y literarios.
Otros escritos de Miguel Cané fueron publicados como Discursos y diálogos en el año 1909. Fue miembro notorio y activo de la Generación del 80. Por un lado, como uno de los que encabezaba la Generación del 80, es conmemorado por sus diferentes puestos políticos : superintendente, embajador, diputado , y por sobre todo, por su destaque como escritor.
En su conocido libro, el autor retrataba las historias de sus años en el Colegio Nacional de Buenos Aires y, a través de sus propias vivencias, le proporcionaba al lector una unas palabras nostálgicas de la infancia y la adolescencia del autor. Miguel Cané fue influenciado por el realismo y los poetas parisinos. El escritor y político, falleció en la ciudad de Buenos Aires, Argentina el 5 de septiembre del año 1905, a la edad de 54 años.
Obras
Siendo un periodista tan activo y con gran popularidad para la época, Cané desarrollo un buen repertorio con respecto a sus obras publicadas:
Obras Literarias
Entre sus escritos literarios mas destacados, los cuales poco a poco fuero ayudando a Miguel Cané a construir los cimientos de su futuro como un destacado escritor, se encuentran:
- 1877 Ensayos.
- 1882 Juvenilia.
- 1884 En viaje (1881-1882)
- 1885 Charlas literarias
- 1900 Traducción de «Enrique IV»
- 1901 Notas e impresiones
- 1903 Prosa ligera.
- 1905 Notas de viaje sobre Venezuela y Colombia
Prólogos:
Miguel Cané, también se destaco por participar y colaborar con la redacción de algunas introducciones, que formarían parte de las obras de otros autores. Los textos preliminares escritos por el autor de algunas obras literarias fueron:
- José Sixto Álvarez (Fray Mocho). Cuentos de Fray Mocho, con una introducción de Miguel Cané
- José Sixto Álvarez (Fray Mocho). Cuadros de la Ciudad, con prólogo de Miguel Cané e ilustraciones de Giménez
Textos no literarios:
Miguel Cané no solo se enfocaba en la escritura de textos literarios, también llevo a cabo la elaboración de diferentes textos, los cuales tenían mas que todo un propósito de transmitir información al lector; entre ellos destacaron:
- Expulsión de extranjeros (apuntes)
- Roque Sáenz Peña. 1905. Derecho público americano: escritos y discursos, con una introducción del Doctor Miguel Cané.
Recursos Literarios
A lo largo de los diferentes capítulos, Miguel Cané entre sus ondas literarias, destaca varios recursos en los que se desarrolla su más afamada obra de la literatura, lo que le da un aire agradable a cada fragmento del libro, haciéndolo ameno para los lectores. Entre los recursos mas destacados encontramos el Galicismo y el Humor.
Galicismos
Galicismo es una palabra originaria de la lengua francesa que se ha transformado una incorporación al castellano. Esta se denomina como un extranjerismo derivado del francés, lo que quiere decir es decir, que es una palabra que un idioma adquiere de otro idioma, para ocupar un vacío en el vocabulario o, meramente, que se ha tomado esa palabra a lo largo del tiempo.
Cané, junto a otros escritores de la generación del 80, se avocaba por la literatura francesa, por eso a lo largo de la obra se nota el uso de una gran cantidad de palabras en francés.
Humor
Para comprender la obra de Cané, se debe tener en cuenta que este hombre ansiaba que su literatura fuera amena para cada lector, que fuera agradable cada párrafo leído. Creencia en la que se basa su libro Juvenilia. Lo que caracterizaba el humor de Miguel Cané era la exageración, recurso que utiliza en el transcurso de su libro Juvenilia.
Con este recurso se refuerza una narración alegre en la medida de lo posible al otorgar cualidades alejadas de la realidad. Toda la exageración puede llevar a un punto humorístico muy extenso, que en parte era lo que buscaba Miguel Cané.
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