Es un artículo del famoso libro escrito por el argentino Ernesto Sábato, publicado en 1948, narrado en primera persona, que describe como un amor obsesivo, los celos y la falta de comunicación pueden hacer perder la cordura de un individuo hasta llegar al extremo de cometer un crimen. En su título «El Túnel», sugiere la triste oscuridad psicológica relatando así, una confesión con la esperanza de ser comprendido.
Estructura de la Obra
Está conformada por treinta y nueve capítulos en el que el protagonista y narrador, describe desde la prisión todo lo que vivió hasta llegar a esa situación.
Resumen del Libro «El Túnel» (por capítulo)
A continuación se presenta un compendio de cada capítulo haciendo énfasis en los detalles más relevantes.
Capítulo I
El narrador se presenta como Juan Pablo Castel, pintor y responsable del asesinato de María Iribarne. Hace mención de que en la frase «todo tiempo pasado fue mejor» no quiere decir que en el pasado se suscitaran menor cantidad de eventos negativos, sino que las personas acostumbran a olvidarlas. Dice caracterizarse por recordar con significativa prioridad los hechos malos vividos, tanto así, que puede decir, que «todo tiempo pasado fue peor», afirmando que su pasado y su presente son igual de horribles.
Confiesa afligirse de no haber disfrutado su libertad asesinando a seis o siete conocidos, pues liquidar es limpiar la sociedad, que el mundo es horrible y es una verdad que no necesita ser demostrada, citando que en un campo de concentración un ex pianista se quejó de hambre y lo obligaron a comerse una rata viva.
Capítulo II
Juan Pablo anuncia que relatará el crimen, que no lo hará por vanidad y que no le afecta la opinión de otros. Rememora que en su niñez le aterraba la idea de perder a su madre y jamás la imaginaba con defectos. Ahora, al no existir, la describe como el ser más bueno. Expresa su esperanza y deseo de que alguna persona lo entienda, admitiendo que es difícil y que sólo lo comprendía la persona que precisamente asesinó.
Capítulo III
El protagonista afirma que es sabido que fue él quien asesinó a María, pero no saben cómo se conocieron, cómo fue la relación y cómo planificó matarla. Dice que la conoció en una exposición donde presentaba su cuadro «Maternidad», en el Salón Primavera de Buenos Aires, Argentina, en 1946.
Todos apreciaban el cuadro sin tomar en cuenta que en la parte superior izquierda había una ventanita pintada con una mujer que miraba hacia el mar, sólo María lo hizo, por lo que sintió deseo de llamarle la atención pero tuvo miedo.
Luego ella se desapareció entre los asistentes produciéndole tristeza. Volvió a casa descontento, regresó durante los siguientes días de exposición, con la esperanza de verla. Nunca volvió. Pasaban los meses y sólo pensaba en ella y pintaba para ella.
Capítulo IV
Una tarde alcanza a verla caminando por una vereda, dirigiéndose hacia un sitio. No supo qué hacer, a pesar de la emoción y de haber pensado tantas cosas. Se describe como tímido.Dice que no le agradan los grupos ni nada que tenga que ver con alguno, por eso nunca va a salones de exposición.
Le incomoda la vanidad y en tal sentido hace referencia al Dr. Prato, a quien consideraba un buen amigo de gran talento, recordando que un día lo invitó a una fiesta de la Sociedad Psicoanalítica a la que era miembro, experimentando que no le gustaban los grupos de pintores, donde los críticos hablaban sin tener idea de cómo pintar un cuadro.
Capítulo V
Él piensa que puede que no sea posible encontrarla en una exposición, podrían tener amigos en común, y de ser así sólo hace falta presentarse. Luego, imagina un encuentro en la calle, donde la única forma de conversar es que sea ella la que le hable. Transcurría el tiempo y continuaba imaginando eventos.
Entre tanto, una noche concluyó que era irrealizable que él le hablara y más aún que si ella lo hacía le comentara algo referente al cuadro.
Capítulo VI
La ve caminar por la vereda que está al frente de él, en ese instante todas las posibilidades imaginadas se mezclaron en su mente. Estaba inquieto y exaltado. Caminaba a su paso, pasando así varias cuadras, cruzó en la esquina San Martín entrando al edificio de la Compañía T, siguiendo aún detrás de ella.
Esperando el ascensor le pregunta: ¿Este es el edificio de la Compañía T?, respondiendo que sí. Sus mejillas se sonrojaron y creyó que lo había reconocido. Invadido por la emoción le hizo preguntas del cuadro, diciéndole lo que sentía. Asustada le responde: ¿Qué ventanita?, se ha equivocado. Él sintió temor y salió. Ella va detrás de él pidiéndole disculpas y le manifiesta recordar el cuadro repetidamente, se arrepiente de su comentario y se va.
Él vuelve detrás de ella comprendiendo que no hace falta seguirla, sólo tendría que esperarla en las afueras del edificio, a su salida de la oficina. Lo llenaba de alegría que recordara la ventanita del cuadro.
Capítulo VII
Pensando reflexiona que no tiene la certeza de lo que estaría haciendo ella en ese edificio y aterrado por la idea de no volverla a ver se devuelve al edificio. No la vé, se sienta al frente y sigue sin verla. Entra al edificio en su búsqueda sin encontrarla.
Saliendo analizó que sólo habrían tres posibilidades: la primera, que quizás estaría realizando una diligencia; la segunda, que después de lo sucedido se puso nerviosa y salió; y la tercera, que si trabajaba en el edificio sólo saldría al terminar la jornada por lo que debía esperar. Pasaron las horas y descartó las dos primeras. Esperó y nunca la vió.
Capítulo VIII
Llegó muy triste a su casa. Sigue pensando en las tres posibilidades. No quita de su mente que ella le dijo que recordaba el cuadro repetidamente, por lo que era indispensable volver a verla. No puede pasar mucho tiempo sin que la encuentre. Se aferra a sus posibilidades porque son su esperanza.
Capítulo IX
Al siguiente día va a su acecho, esperándola en un café. La ve salir del subterráneo, se levantó y corrió hacia ella. Al verlo quedó inmóvil, él la tomó del brazo y sin pronunciar palabra se dirigió en dirección a la esquina San Martín. Ella le preguntó hacia dónde la llevaba, siendo su respuesta, a la Plaza San Martín, porque tenía urgencia de que conversaran.
Se sentaron, le preguntó el motivo de su huída y su respuesta fue no saberlo. Conversando le expresó que la necesitaba, además le dijo que ella fue la única que observó el detalle del cuadro y eso la hacía pensar igual a él. Ella le manifestó que no sabía qué lograría con verla, porque siempre lastimaba a quienes se le acercaban. Él desea tener compañía y ella siente inseguridad y temor.
Capítulo X
Acuerdan volverse a ver. En la noche decide llamarla y le atiende una señora. Ella tomó la bocina y él le dijo repetidamente que necesitaba verla, después de un silencio, le responde que ella también y que no ha dejado de pensarle, le manifiesta que todo es extraño y que se siente perturbada, le pide colgar y él accedió diciéndole que la llamaría temprano.
Capítulo XI
Al anochecer ya él experimenta un cambio, le es imposible pintar. Sale a caminar. Se siente diferente, ya no mira a las personas con desprecio, sino con cordialidad. Su menosprecio hacia las personas parecía haber desaparecido, de modo que entró al Café Marzotto, a escuchar tangos.
Capítulo XII
A la mañana la llama y le informan que había salido al campo y que dejó una carta. Se dirige a buscarla y la impresión fue mayor cuando un criado lo hace pasar y conoce a una persona ciega que dice ser su esposo, de nombre Allende, sacando de su bolsillo la carta, entregándosela y diciéndole que María habla mucho de él y de su pintura.
Juan Pablo la abre y la lee, decía «yo también pienso en usted» -María-, la dobla y Allende le pregunta si menciona algo importante, respondiendo que no. El esposo dice que María fue a la finca de su familia en La Estancia, que estaba en manos de su primo Hunter. Él se despide y se retira, iniciándose las intrigas.
Capítulo XIII
Decide caminar y pensar. Empieza la desconfianza, se pregunta: ¿Por qué no le confesó estar casada?, ¿Por qué está con Hunter en la finca?, ¿Por qué le habló al teléfono a escondida?, todo daba vueltas en su cabeza. Reflexiona y decide enfocar sus pensamientos al amor que siente por ella y de cómo su rostro le evoca algo del pasado que le produce dejar salir su amor contenido.
Capítulo XIV
Pasa días de sobresalto. No sabía cuándo regresaría María. Decide llamar a la casa y al no recibir respuesta de su regreso pide la dirección de la finca. Esa noche le escribe una carta preguntándole el día de su regreso y pidiéndole le llamara. Se acuesta y sueña con una casa conocida de su infancia, donde el recuerdo le indica el camino a seguir, percibe la presencia de enemigos y de personas que se burlan de cómo es él y de su ingenuidad. Además reaparecían sus amores de la niñez y las emociones que les hacían sentir.
Se despierta y se da cuenta que la casa que ve en el sueño es María.
Capítulo XV
Pasan los días y sus pensamientos son como sueños, ve a María como una silueta nocturna. Llega una carta de María y la siente como un sol nocturno, donde ella le relata que los paisajes que ve le traen recuerdos y que cuando estaba delante del mar veía que él se interponía entre el mar y ella.
Juan Pablo culmina su lectura sintiendo la asombrosa seguridad de que María era de él, sólo de él, experimentando deseo de posesión.
Capítulo XVI
La ama con desespero y ansía su regreso. Él le escribe una carta confesándole su cariño. Ella responde manifestando temor a hacerle daño. Él le contesta que no le importa, que si no puede amarla morirá. El tiempo es una tortura. María no responde y desmoralizado le escribe que pisotea su amor. Al día siguiente María lo llama diciéndole que regresaría en la mañana y que al llegar se comunicaría para verse. Recibe la llamada, él le pide verse pronto y acuerdan ir a La Recoleta.
Ya juntos le pregunta el motivo de su viaje sin obtener respuesta. Ella le pide hablar de él. Juan Pablo desea hablar de ambos y dice quererla. Ella no responde. Él se alteró y ella lloraba mirándolo con ternura, hasta que le dijo que también lo quería, deseando ahora le describiera a qué forma de amor se refería, levantándose y manifestando sentir temor a que él no la entendiera, recordándole haberle advertido que le podría hacer daño.
Asume que de ser así sería su propia culpa, preguntándole su edad, siendo su respuesta que dijera la suya, sin titubear contesta 38 años y María le acierta que es muy joven, no le dice su edad y manifiesta que la conversación es absurda.
Capítulo XVII
Se siguieron viendo. María iba a su taller. Él le obsesionaba su amor y lo único que le garantizaba su sentimiento era el contacto físico. A veces se mostraba violento, la apretaba fuerte lastimándola, llegando al colmo de decirle un día prospituta. Eso la dejó asombrada, haciéndola llorar y salir corriendo.
Él se va detrás suplicándo su perdón. Calmándose se sonrió. A él le pareció extraño que aunque le pidiera perdón se alegrara. Estos episodios se repetían y la solución era salir a caminar por la Plaza Francia.
Capítulo XVIII
Continúan los interrogatorios. No entiende por qué no usa el apellido de casada, por qué fue normal para la mucama recibir llamadas masculinas, por qué se aleja para contestar el teléfono, quién es el fulano Richard del cual le llegó a hablar, ¿Lo amará? ¿Por qué le comentó que se parecía a él? pero María lo evade y se ríe. Él continúa serio y ella le responde que era un caballero que le enviaba cartas, que se había suicidado, siendo ella la probable causa, que no quiere recordarlo y que nunca lo amó, quedando deprimida con la conversación.
Capítulo XIX
Siguen las dudas, llegando a su mente dos interrogantes: ¿Llegó a querer a Allende? o ¿Lo quiere todavía?
Un día le pregunta el motivo de su matrimonio, ella le responde que lo quería. Le pregunta si duermen juntos respondiendo que sí, quiere saber si aún desea a Allende, ella le dice que acostarse no significa desear, él le aclara que acostarse sin deseo es engañar en sentimientos y sensaciones. Ella lloraba mirando al suelo sin decir palabra. Él completa su opinón diciéndole con crueldad que engaña a un ciego.
Capítulo XX
Después de esas palabras, sintió tener dos personalidades: una cruel y mezquina, y la otra pura y tierna. No le importaba caer de rodillas y denigrarse ante ella pidiéndole perdón. En ese momento toda súplica no remediaría el dolor causado, pero de igual modo se arrodilló y besando sus pies le pidió perdón, donde su reacción fue una mirada de compasión.
Ella sale del taller. Él piensa que debe ir en su búsqueda, no la consigue, toma un taxi, va a su casa y afuera se sienta a esperarla. Decide llamarla a su casa y no ha llegado. Se dirige a los sitios que frecuentan sin verla. Decide volver a llamar y le responden que duerme. Él sintió haber causado una herida.
Capítulo XXI
Regresa a su casa sintiendo soledad. Cuando eso le sucede manifiesta deseo de suicidio y se embriaga, buscando mujeres de la calle. En efecto, salió, se embriagó con las mujeres y marineros hasta que sintió deseo de irse. Se sentó frente al mar y su pensamiento era el suicidio. Llega a la casa de María, busca un teléfono en un cafetín, la llama y sin tener palabra que decir cuelga.
Sale aterrorizado y luego de caminar se encuentra en el mismo cafetín, se toma una ginebra y piensa volver a casa. Al llegar se duerme.
Capítulo XXII
Juan Pablo se despierta tratando de gritar y se halla de pie en la habitación. Tuvo un sueño, donde lo citaban a una casa junto a unos amigos. Estando adentro se percata que no es igual a las demás casas y además el dueño le afirma estarlo esperando, esto lo hace sentir estar bajo un engaño. Intenta huir pero está paralizado, mientras el dueño lo convierte en un pájaro.
Llegan sus compañeros desconociendo lo sucedido, él trata de advertirlos pero sólo le salían chillidos y sus amigos ni lo escucharon. Él se sintió perdido donde ese secreto lo acompañaría hasta el sepulcro.
Capítulo XXIII
Estando de pie y sudando se percata que eran las diez de la mañana, la llama y le responden que volvió a La Estancia, dejándolo atónito. Decide escribirle una carta, haciéndole un extenso relato donde le pide perdón y le dice que no es digno de su amor, mereciendo la soledad.
Pasan los días, escribe una segunda, tercera y cuarta carta, en esta última le menciona lo sucedido esa última noche, llegando una respuesta de María, con palabras llenas de afecto pidiéndole ir a La Estancia. Él prepara su equipaje junto a una caja de pinturas y sale a la Estación Constitución.
Capítulo XXIV
A su llegada lo recibe un chofer diciéndole que María estaba indispuesta, éste lo llevó a la casa donde lo esperaban Hunter y Mimi haciéndole una serie de preguntas.
Hunter le dice que María bajaría luego porque no se sentía bien, llevándolo a recorrer la casa, confesándole que la habitación donde descansaba era la del difunto abuelo. Lo conduce a la que sería su habitación y le dice que lo esperarían abajo para tomar el té.
Al encontrarse solo, decide darle un golpe a la pared pues piensa que si María estaba al otro lado le respondería igual, pero solo hay un silencio. Sale al corredor deseando golpear la puerta de al lado pero se arrepiente regresando a su dormitorio. Baja al jardín sintiéndose confundido.
Capítulo XXV
Compartiendo en la mesa, Mimi desea saber qué pintores prefería, respondiéndole algunos muy prestigiosos. Ella dice no gustarle esos artistas y si lo fuera no buscaría llamar la atención. Le pregunta si llegaría a leer una novela rusa y sin dejarlo hablar hace referencia que es difícil por cambiar repetidamente el nombre de los personajes. Él se percata del motivo que hace a María estar indispuesta, son los primos.
Conversan sobre novelas policiales, volviendo Mimi a tomar la palabra, esta vez hacia Hunter a quien le dice ser incapaz de escribir una novela policial, él le responde empezando a relatar una. Juan Pablo deduce que María no aguanta escuchar las tonterías de ellos y que estar enferma es solo una excusa.
Capítulo XXVI
Al terminar se levantan, acercándose María. Ella lo saluda como a cualquier amigo e inmediatamente le invaden los sentimientos de culpa. María le pregunta si había llevado las manchas, él no entiende y le responde cuáles manchas, ella le dice que si había llevado las manchas que prometío mostrarle y él le sigue las palabras diciéndole que sí las tenía en su dormitorio.
Ella desea verlas y él la invita a subir. María lo toma del brazo dejando a Hunter y a Mimi en el jardín.
Capítulo XXVII
Al llegar a la habitación, él toma unos dibujos para hacer creer que serían las manchas pero al bajar se encuentran solos. María se muestra tan feliz y distinta que le parece no conocerla. Deciden caminar por el jardín y él no siente comodidad. Luego se dirigen a unas rocas que habían en la playa y se sientan. Al rato María pronuncia su primera palabra, le dijo que su deseo era estar con él en ese sitio, que para ella era una experiencia vivida por los dos.
Le menciona que la ventanita del cuadro le hizo deducir que eran iguales. Después le describe como era ella antes, hace referencia de otro primo de la infancia llamado Juan, confesándole haber tenido situaciones tormentosas y crueles.
Capítulo XXVIII
Cuando regresaron a la casa todo era distinto. Hunter estaba alterado. Se sientan a comer y se mantiene un silencio. María dice leer una novela y nadie le responde. Él deduce que Hunter está celoso y supone que eran amantes. Se muestra cansado y se levanta haciendo creer que entraba a la habitación. Se mantiene en el corredor para tratar de escuchar lo que pudieran decir.
Agitado, Hunter le habla a María y ella se quedó callada. Le volvió a hablar respondiendo ella con voz tan baja que no pudo entender. En eso escucha mover una silla y que alguien se aproxima por lo que dirige veloz a la habitación. No logró escuchar más nada. No pudo dormir. Al amanecer bajó con sus pertenencias y le pidió al mucamo excusarlo porque debe regresar.
Se va caminando hasta la estación donde espera por horas la llegada del tren, teniendo la ilusión de ver llegar a María, pero nunca sucede. Se embarca lleno de tristeza.
Capítulo XXIX
Juan Pablo manifiesta que los peores días de su vida fueron los siguientes a la muerte de María. Recordaba eventos que se presentaban como sueños. Tiene la visión de haber estado ebrio durante días hasta que una persona lo llevó a su casa. Al despertarse entrando a la ducha recordó eventos como cuando María le preguntó por las manchas y lo hablado con los primos de las novelas policiales.
Sale de la ducha y decide escribirle otra carta a María explicándole por qué se había ido de la casa y que no entendía cómo podía estar con Allende, Hunter y él a la vez. Enviándola posteriormente.
Capítulo XXX
A la salida del correo piensa que María no merecía ser herida por él de ese modo y desea impedir el envío. Busca el recibo y no lo encuentra. Llega al correo y explica no querer realizar un envío, pero que a perdido el recibo. Le responden no poder ayudarlo porque el reglamento no lo permitía.
Él insiste que tiene como demostrar que el contenido era suyo, entregando sus documentos personales, pero no se lo aceptan. Acceden haciéndole una serie de preguntas con lo que se vuelve agresivo y dice que la envíen. Decide esperar a la empleada a la salida para insultarla.
Capítulo XXXI
Esperando analiza que insultar a la empleada no tiene sentido y que mejor recibiera la carta. Decide irse a caminar llegando a La Recoleta. Se sentó a pensar en lo que de verdad deseaba y concluyó que era llamarla, saliendo a su casa.
Al llegar la llama y le responden que no se encuentra y que esperara la llamada en una hora. Esa hora fue eterna, cuando conversan le hace varias preguntas y ella no responde, eso lo enfurece amenazándola con quitarse la vida si ella no viaja para hablar con él. María le promete ir al día siguiente, diciéndole también que eso lo único que haría es herirlos aún más. Él cuelga el teléfono.
Capítulo XXXII
Juan Pablo está triste a pesar de saber que la vería al día siguiente. En la tarde salió a un bar, bebió, contrató a una prostituta y peleó con un marinero. Se llevó a la prostituta hasta su taller, al llegar ella se ríe de un cuadro. Luego la lleva a la cama. De pronto, ella hace una expresión que le conocía a María, él se llenó de rabia insultándola, ella se ofende y lo muerde en el brazo haciéndolo sangrar.
Con violencia la saca, amenazándola con matarla si no se iba. Se regresa a la ducha y entre pensamientos terminó diciendo que María era una prostituta, gritando que lo había engañado.
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Capítulo XXXIII
Juan Pablo tenía la certeza de que todas sus conjeturas eran ciertas, pero quería escuchar opiniones de otros, llamando a Lartigue, un escritor amigo de Hunter, a quien le dijo que visitaría.
Llegó a su casa y comenzaron a hablar de uno de sus libros, cuando le preguntó, desde cuándo eran amantes Hunter y María. Él le responde no saber lo que decía, prosiguiendo con el tema. Culmina la conversación. Ya María debe estar en Buenos Aires. Él se va a un café y la llama, acordando verse en La Recoleta. María le dice que sólo viajó por su pedido, Hunter estaba enfermo y no debía salir.
Capítulo XXXIV
Juan Pablo llega a La Recoleta antes de la hora acordada. Piensa mientras la espera. Recuerda lo que vivieron en sus salidas y en todo lo que ha cambiado la situación. Desea darle una oportunidad sin importarle su alrededor. Pasan los minutos y no llega. La llama de un teléfono público y la respuesta es que salió a La Estancia. Muy molesto se digige a su taller, pensando que prefería a Hunter.
Al llegar llamó de nuevo para preguntar si había recibido alguna llamada, siendo afirmativa la respuesta. Llorando fue a la cocina por un cuchillo, tomó el cuadro de la escena de la playa y lo destrozó. Fue donde su amigo Mapelli y le pidió su auto, asustado le responde si pasaba algo y Juan Pablo le responde que su padre estaba enfermo. Finalmente se lleva el auto.
Capítulo XXXV
Empezando su recorrido calcula que llegaría a La Estancia para las 10:00 pm. En su viaje piensa que ellos parecen estar separados por una pared de vidrio, que les permite verse pero nunca hablarse, oírse ni tocarse. Recuerda que nunca llegó a la cita. Llega a las 10:15 pm estacionando el auto lejos y acercándose caminando.
Se queda por el jardín y observa que había personas en la planta baja. Se mantuvo viendo sin perder detalle.
Capítulo XXXVI
Él siente que su espera no termina. Piensa que han vivido en un túnel paralelo y que el último encuentro ha llegado. Nunca llegaron a unirse, los túneles continúan siendo paralelos. Realmente sólo hay un túnel oscuro y solitario y es el suyo, en el que pasó su infancia, su juventud, en sí, toda su vida. Ella vive en un mundo libre y lo ve desde una ventana que tiene su túnel. Siente que su destino era más solitario de lo que imaginaba.
Capítulo XXXVII
Después de los tormentozos razonamientos ve salir a caminar a María y Hunter. Piensa en lo que María podía sentir al saber que nunca llegó a la cita, sabiendo que cada minuto sin ella era una tortura. Se preguntaba qué era lo que podían conversar y hasta imaginaba que se burlaban de él. Empezó a llover y ellos volvieron. Suben las escaleras y se enciende solo la luz de la habitación de Hunter, deduciendo que estarían juntos. Siente derrumbarse su cuerpo.
Capítulo XXXVIII
Empapado por la lluvia y sus lágrimas, logra ver que otra luz se enciende. Corre hacia ella, trepando y entrando por la ventana. María estaba en su lecho. Al verlo le preguntó qué hacía, respondiéndole que debía matarla, acariciándole el cabello.
Llorando le incrusta en el pecho el cuchillo que llevaba consigo, ella lo miró con dolor e humildad, él lo hace repetidas veces en su pecho y abdomen. Salió tomando el auto volviendo a Buenos Aires. Llegando llama a Allende, acordando verlo. Ya en su casa le dice que Hunter y él son amantes de María y que ella engañaba a todos. Allende intenta golpearlo diciéndole «insensato».
Juan Pablo se entrega a las autoridades. Siente tener dentro de él una caverna que lo hacía prisionero. Se entera del suicidio de Allende.
Capítulo XXXIX
En su reclusión, procura razonar la última palabra de Allende «insensato», pero hasta ahora piensa que cuando lo logre también analizará el motivo de su suicidio. Mientras sigue pintando en su celda que considera un infierno, siendo sus paredes cada vez más herméticas.
Película «El Túnel»
El primero de Abril de 1952, se estrena la película «El Túnel» de Ernesto Sábato, basada en este libro, contando con la orientación de el destacado escritor, quien nunca dudó de que su controversial obra fuera llevada a la pantalla grande.
Esta película fue conducida bajo la dirección de León Klimovsky y el protagonismo de Carlos Thompson y Laura Hidalgo, palpándose claramente como un ser humano puede ser dominado por los celos, la desconfianza, desesperación, depresión, ira y obsesión, mostrando con detalle la historia de este crimen pasional perpretado por Juan Pablo Castel.
Posteriormente en 1987, es llevada nuevamente a la pantalla grande con una adaptación realizada por el director Antonio Drove, encabezando el reparto Peter Weller y Jane Seymour.
Análisis
Este célebre libro del argentino escritor Ernesto Sábato, describe las tormentosas situaciones vividas por el protagonista y narrador Juan Pablo Castel, que dió como resultado asesinar a la única mujer que amó, tratando así de lograr que por lo menos sea comprendido por una persona.
¿Cómo empezó todo?
La narración inicia con la confesión del asesinato de María Iribarne, a quien conoció en una exposición donde presentaba su cuadro «Maternidad» en el Salón Primavera, de Buenos Aires, Argentina, en 1946.
Ella fue la única asistente en observar los detalles de su obra, desapareciendo entre la multitud. Durante días no dejó de pensar en ella y en el deseo de encontrarla, cuando inesperadamente la ve caminando por la calle y decide seguirla hasta preguntarle si lo recordaba, citando el cuadro. La dama no entendía y él prefirió irse; pero ella lo siguió diciéndole que no podía dejar de pensar en su pintura, comenzando el contacto y atracción entre ellos.
¿Cuándo Juan Pablo Cambia su personalidad?
María es la única que parece entenderlo. Un día al llamarla se entera del viaje que hizo a la finca familiar La Estancia y que le dejó una carta. Al ir a retirarla se la entrega un hombre ciego llamado Allende que dice ser su esposo, informándole que se encuentra en compañía de su primo Hunter que es el encargado del inmueble. En la carta le dice que también pensaba en él, siendo el detonante a su obsesión y celos.
Se incrementan las dudas…
Al volver de su viaje la espera un cúmulo de preguntas, ira y desconfianza, suscitándose eventos y faltándole el respeto, para luego suplicarle perdón. María vuelve a viajar, invitándolo en una de sus cartas. Así conoce a los hermanos Hunter y Mimi. Juan Pablo presume que ella y el primo son amantes, por lo que se regresa lleno de tristeza y furia.
Desenlace
Se entrega al alcohol y después de varias cartas, María lo llama respondiéndole que si no regresa se suicidaría. Acuerdan una cita pero ella nunca llegó porque se regresa a la finca. Indignado y con un vehículo prestado llega a La Estancia y escondido los ve salir a caminar. De regreso todo indica que duermen juntos, pero al trepar encuentra a María en su lecho, quien le preguntó qué hacía y su respuesta fue que debía matarla incrustádole un cuchillo en su pecho y abdomen.
Personajes
Juan Pablo Castel
Protagonista y narrador de 38 años, de profesión pintor, tímido, obsesivo, calculador, desconfiado y agresivo. Sus emociones son descontroladas e impulsivas.
María Iribarne
Amada de Juan Pablo. Es la única mujer que le mostró comprenderlo. Es misteriosa, influye sobre las personas gustándole confundir e ilusionar. Está casada con Allende.
Allende
Hombre ciego que confía en su esposa. Es ingenuo.
Hunter
Primo de Allende y hermano de Mimi. Es el encargado de la finca familiar La Estancia. Se muestra faldero y vacío. Se presume amante de María.
Mimi
Prima de Allende y hermana de Hunter. Es pretenciosa.
Argumento
Juan Pablo Castel confiesa el asesinato de su amada María Iribarne. Al conocerla se desata una enfermiza obsesión. Ellos sostienen una insólita relación llena de celos, desconfianza, misterio e ira. María es la esposa de Allende, hombre ciego e ingenuo. Hunter, primo de Allende está a cargo de la finca familiar La Estancia. Juan Pablo sospecha que Hunter y María son amantes debido a las visitas recurrentes de ella a la finca. Su furia, dudas y obsesión lo llevan a asesinarla. Posteriormente le dice a Allende que Hunter y él son amantes de María. Se entrega a las autoridades. Allende se suicida.
Frases destacadas
«La felicidad está rodeada de dolor»
«Me anima la débil esperanza de que alguna persona llegue a enterderme, aunque sea una sola persona»
«Pero, ¿por qué esa manía de querer encontrar una explicación a todos los actos de la vida?»
Crítica
«El Túnel» (1948), fue el primer libro escrito por el célebre autor argentino Ernesto Sábato. Es relatado desde la cárcel el crimen cometido por el protagonista Juan Pablo Castel, quién es dominado por la obsesión, los celos y la desconfianza hacia su amada María Iribarne.
Este libro tiene el ímpetu y el atrevimiento de demostrar mediante palabras como el desequilibrio emocional, el desespero y la falta de comunicación unido a las suposiciones llegan a ser un detonante de locura.
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