Los 7 dones del Espíritu Santo: significado

Los 7 dones del Espíritu Santo, corresponden a Cristo a toda plenitud, heredados como Hijo de David. Aquellos quienes los reciben, gozan de la Gracia de perfeccionar sus virtudes, y se vuelven dóciles y obedientes a las mociones divinas con prontitud.

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Los 7 dones del Espíritu Santo

Dios es amor, y esa es una gran verdad incuestionable de nuestra fe católica. A través del Espíritu Santo, el Señor derrama sus dones sobre todos nosotros e infunde su gracia sobre nuestros corazones. Los 7 dones del Espíritu Santo, es un ejemplo fehaciente de que Dios nos trata a todos como un verdadero Padre, pues nos ama y nos motiva a seguirlo, a comportarnos como unos verdaderos hijos.

Estos dones divinos nos vienen desde el Sacramento del Bautismo y se refuerzan mediante el sacramento de la Confirmación. Sin embargo, debemos ponerlos en práctica durante toda nuestra vida como fieles cristianos, para elevar nuestra moral, hacernos sensibles y dóciles a la voluntad de Dios.

Son 7 dones del Espíritu Santo, de acuerdo con la Iglesia Católica: la fortaleza, la piedad, la sabiduría, el consejo, la inteligencia, la ciencia y el temor de Dios.

Significado de cada uno de los 7 dones del Espíritu Santo

Tenemos a la sabiduría, que nos hace comprender lo maravilloso que es Dios y no lleva a buscarle; la inteligencia que nos hace descubrir la fe como una de nuestras grandes riquezas.

También está el Don del consejo, que nos sirve como guía por los caminos que Dios ha diseñado para todos nosotros hacia la santidad, el querer de Dios en nuestra vida diaria, nos anima a seguir la solución que más concuerda con la gloria de Dios y el bien de los demás.

Esta el Don de la fortaleza, que nos ayuda a superar las dificultades con las que nos encontramos en nuestro senderos al buscar a Dios; la ciencia que nos hace evaluar con rectitud todo aquellos que ha sido creado; la piedad, la misma que ha sentido Dios por todos nosotros.

Y finalmente, está el Don del temor de Dios, que nos induce a no ceder ante la tentación y el pecado, a evitar todo mal que pueda contristar al Espíritu Santo.

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Los 7 dones del Espíritu Santo: El Consejo

El Espíritu Santo, desde el primero momento que lo albergamos dentro de nuestros corazones, comienza a orientar nuestros sentimientos y pensamientos en dirección a los deseos de las cosas que Dios tiene previstas para nosotros.  De igual manera, nos hace ver que Jesucristo es nuestro modelo a seguir en cuanto a nuestro comportamiento y a la relación que deberíamos tener con Dios Padre y el resto de nuestros hermanos.

Es el Don que nos invita a comprender cuales son las opciones con las que contamos en la vida, nos orienta a andar por el camino correcto. Es la luz que el Espíritu nos da para diferenciar lo verdadero y lo falso, así como lo que es correcto e incorrecto.

El Entendimiento

El Espíritu Santo, nos hace comprender lo que el Señor ha dicho y realizado cada día. Es el Don que está íntimamente vinculado con la fe, e ilumina nuestra mente al habitar dentro de nuestro corazón. Nos facilita el entendimiento de las enseñanzas de Jesucristo, la Palabra de Dios y todo el Evangelio, su profundidad.

Es el don mediante el cual aceptamos las verdades reveladas por Dios. El Espíritu Santo nos permite con el entendimiento, indagar sobre lo que Dios nos quiere comunicar, haciéndonos partícipes del conocimiento divino.

La Sabiduría

Este Don de la sabiduría se refiere a la Gracia de poder ver cada cosa a través de los ojos del Padre. Va más allá de la sabiduría humana, pues es un conjuro entre la experiencia y el conocimiento. Este Don de la sabiduría fue solicitado por Salomón cuando fue rey de Israel, según se explica en la Biblia.

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Nos hace entender que cosas nos favorece y cuales nos perjudican y son contrarias al proyecto que Dios tiene diseñado para cada uno de nosotros. Nos prepara para poder tener una visión plena de Dios y a la vez nos fortalece en caridad.  Es mediante la sabiduría verdadera donde se obtiene un gusto por la palabra de Dios.

La Fortaleza

El Don de la fortaleza nos vuelve valientes para que tengamos las herramientas de cómo defendernos dentro del desarrollo de nuestras vidas como cristianos. Muchos hombres y mujeres son fuertes al llevar con honra los senderos de la iglesia, su familia, su trabajo y otros entornos más de su vida donde está presente la fe.

Es el Espíritu Santo quien nos conduce a vivir en santidad, algo que debemos agradecerle a Dios nuestro Señor. Mediante a oración, debemos pedirle al Señor que nos dé el don de fortaleza para volvernos fuertes y heroicos de la fe.

Ella nos brinda firmeza en las decisiones y nos hace perseverantes. Aquellos que gozan de este Don, le hacen frente a las amenazas, no se amedrentan ni le temen a las persecuciones, pues confían en el Padre de manera incondicional.

La Ciencia

Si Dios ve que la Creación es una cosa buena, nosotros debemos asumir la misma actitud. Dios se complace de su Creación y eso se pone de manifiesto mediante las escrituras del Génesis, donde está subrayando las bondades y bellezas de cada cosa en el universo.

He aquí entonces donde viene a presentarse el Don de la ciencia, mediante el cual nos percatamos de la existencia de dicha belleza. Es por ello que debemos darle gracias a Dios por haberla creado y alabarlo todos los días de nuestras vidas. A través de este Don, el Espíritu Santo nos revela cual es el pensamiento de Dios para con nosotros, pues es la ciencia de Dios y no la ciencia del mundo.

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La Piedad

La piedad, es el Don que el Espíritu Santo nos entrega para que actuamos según el ejemplo de Jesucristo, y que estemos abiertos a cumplir la voluntad de Dios. No tiene que ver con sentir compasión por el prójimo, sino más bien, como le pertenecemos a Dios y el vínculo estrecho y profundo que podemos establecer con él. Dicho vínculo es lo que nos mantiene firme y le da un sentido a nuestras vidas.

Es lo que tenemos en comunión con Dios, especialmente mediante en momentos tormentosos y difíciles. Se trata de poder establecer una relación de vida con Dios, que entre en nuestro corazón, que sea nuestro amigo, que pueda cambiar nuestras vidas y llenarnos de alegría y entusiasmo. A través de esta alianza con Dios, el hombre entonces se siente comprometido a ser piadoso con el resto de sus hermanos.

El Temor de Dios

El temor de Dios es el don del Espíritu, que nos muestra lo pequeño que somos en comparación al Padre, lo inmenso de su amor por nosotros. No se trata de tenerle miedo a Dios, pues por el contrario, él nos ha perdonado y solo quiere nuestra salvación.

A través de este Don se nos muestra que debemos colocar nuestra confianza en sus manos y respetarlo con toda humildad. El abandono en la bondad de nuestro Padre, es a lo que se refiere el temor de Dios. Frente a Dios, es el Don que nos mantiene con sumisión y respeto a su santa voluntad, evitando en nuestra vida todo aquello que no sea de su agrado.

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